Internacional

Trump y Putin se han reunido cinco veces, lo que han dicho es un misterio

La forma secreta en que el presidente ha manejado estas juntas despertó el interés de los investigadores

The New York Times

miércoles, 16 enero 2019 | 08:45

Washington.- La primera vez que se reunieron fue en Alemania. Luego el presidente Trump tomó los apuntes de su intérprete y le ordenó no decir a nadie lo que había oído. Esa noche, durante la cena, Trump se sentó junto al presidente Vladimir V. Putin para hablar sin ningún testigo de Estados Unidos.

El tercer encuentro ocurrió en Vietnam cuando Trump pareció creer las palabras de Putin de que no había interferido en las elecciones estadounidenses. Después hubo una reunión formal en una cumbre en Helsinki, Finlandia, donde ambos líderes corrieron a todos salvo los intérpretes. Más recientemente, conversaron en Buenos Aires después de que Trump dijo que no se reunirían debido a la agresión rusa.

Trump ha insistido con firmeza en que no hubo “ninguna colusión” con Rusia durante su campaña presidencial 2016. Pero en cada una de las cinco ocasiones en las cuales se ha reunido con Putin desde que asumió su cargo, ha aumentado las sospechas sobre su relación. La poco común manera hermética en que ha manejado dichos encuentros ha dejado a muchos miembros de su propia administración preguntándose lo que ocurrió y despertado el interés de los investigadores.

“Lo desconcertante es el deseo de ocultar información al propio equipo de uno”, dijo Andrew S. Weiss, quien fue asesor sobre Rusia del presidente Bill Clinton. “El hecho de que Trump no quisiera que el Departamento de Estado ni los integrantes del equipo de la Casa Blanca supieran lo que estaba hablando con Putin sugiere que no se trataba de algo a favor de los intereses nacionales de nuestro país sino de algo más problemático”.

El misterio en torno a las juntas parece haber llamado la atención del asesor especial, Robert S. Mueller III, quien está examinando los vínculos entre el Presidente y Rusia. Y lo anterior está generando furor en el Congreso, donde los demócratas están presionando a fin de solicitar con orden judicial los apuntes de los intérpretes presidenciales o quizá citar a los propios traductores.

Cuando se reúnen con mandatarios extranjeros, por lo general los presidentes quieren por lo menos a un colaborador en la habitación —además del intérprete— a fin de evitar malentendidos. Se redactan memorándums sobre la conversación, compartiéndose los pormenores con funcionarios que tengan razones para conocer lo que se comentó.

Los defensores de Trump reconocen que el enfoque de Trump no se parece al de sus antecesores, pero señalan que el hecho de que en tantos sentidos no haya sido ortodoxo no prueba nada indebido. Y, sostienen, Trump tiene razón para sentirse molesto debido a que ya se han filtrado pláticas previas con líderes extranjeros.

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