Un tiroteo masivo en California tuvo como objetivo a toda una familia

Goshen, California.- En la madrugada del 16 de enero, un par de intrusos irrumpieron en una casa gris en un pequeño pueblo en el Valle de San Joaquín de California. Seis personas en el interior fueron rápidamente asesinadas a tiros, al estilo de una ejecución, lo último en lo que las autoridades dicen que ha sido un aumento alarmante de homicidios en el corazón agrícola del estado.

Entre los muertos se encontraba una mujer de 72 años que dormía en la cama; una madre adolescente y su bebé, a quienes les dispararon a quemarropa en la cabeza; y un hombre de 19 años que a menudo se quedaba despierto hasta tarde jugando videojuegos.

La ciudad de Goshen, encajada entre tierras de cultivo y almacenes a medio camino entre Bakersfield y Fresno, ha tenido una serie constante de tiroteos y apuñalamientos en los últimos años, ya que las batallas territoriales entre pandillas por las lucrativas ventas de drogas se han convertido en una característica de la vida. Pero nadie estaba preparado para lo que sucedió la semana pasada, cuando asaltantes armados mataron a cuatro generaciones de una sola familia, uno de los cuatro tiroteos masivos que han traumatizado al estado en los últimos nueve días.

Los asesinatos conmocionaron a los funcionarios que regularmente son llamados para investigar homicidios en esta parte del valle. Si bien algunos miembros de la familia asesinada habían estado involucrados en pandillas, dice la policía, la naturaleza espeluznante del ataque parecía ser una tarjeta de presentación de los cárteles mexicanos de la droga, cuyos tentáculos de distribución se han extendido en los últimos años desde las regiones fronterizas y decenas de grandes ciudades en algunos de los confines más lejanos del país.

Las pandillas y los cárteles han echado raíces en las zonas rurales de Estados Unidos, para expandir sus mercados de drogas, reclutar nuevos miembros y evadir la detección, escondiendo drogas en áreas escasamente pobladas. A medida que han proliferado, han exportado la guerra urbana de las calles de Los Ángeles a lugares como el extenso Valle Central, ricos en productos agrícolas, y los huertos de manzanos del este del estado de Washington.

Los delitos violentos y los homicidios en California se mantienen significativamente por debajo de los máximos históricos que alcanzaron a principios de la década de 1990. Pero los homicidios de todo tipo relacionados con armas aumentaron un 52 por ciento entre 2019, antes de la pandemia de coronavirus, y 2021.