Diario
{{ post.cabeza }}
{{ post.sumario }}
Estados Unidos
sábado, 25 abril 2020 | 23:46
Usualmente, Joseph R. Biden se levanta antes de las 8 a.m. en su casa situada en Wilmington, Delaware, y empieza su día ejercitándose en un gimnasio que está en la planta alta que contiene una bicicleta de Pelotón, pesas y una caminadora.
Usualmente disfruta de un licuado de proteínas para desayunar y la mayoría de las veces usa un traje o saco.
Durante la noche, él y su esposa Jill, se sientan juntos a cenar, un ritual que estuvo ausente durante la mayor parte de la frenética campaña del año pasado.
En estos momentos, Biden intenta ganar la presidencia sin salir de casa.
Debido a que la pandemia del coronavirus congeló la vida pública del país, Biden ha sido forzado a adaptarse a una modalidad de enclaustramiento nunca antes visto en la política del Estados Unidos contemporáneo.
No pudo realizar el tour de la victoria después de las primarias demócratas ni llevar cabo mítines de unidad con sus antiguos rivales como los senadores Bernie Sanders de Vermont y Elizabeth Warren de Massachusetts.
En lugar de eso, el exvicepresidente se encuentra en una especie de encierro, alejado de sus votantes y de sus principales estrategas, aunque lidera las encuestas.