Estados Unidos

Sugiere Trump a Pentágono castigar a coronel que testificó contra él

El teniente Alexander S. Vindman fue despedido de la Casa Blanca

The New York Times

miércoles, 12 febrero 2020 | 09:17

The New York Times

Washington.- En lo que respecta al presidente Trump, desterrar al teniente coronel Alexander S. Vindman de la Casa Blanca y exiliarlo de regreso al Pentágono no fue suficiente. Si pudiera salírse con la suya, el comandante en jefe dejó en muy en claro el martes que el Departamento de Defensa ahora también debería tomar medidas contra el coronel.

“Eso dependerá del ejército”, dijo Trump a los periodistas que preguntaron si el coronel Vindman debería enfrentar medidas disciplinarias después de rendir testimonio en las audiencias de la Cámara que conllevaron al juicio político del presidente. “Pero si ven lo que sucedió”, agregó Trump en términos amenazantes, “sin duda, me imagino, echarán un vistazo a eso”.

Este es un momento inestable en el Washington de Trump. En los días transcurridos desde que fue absuelto en un juicio en el Senado, un presidente agraviado y sin control ha buscado igualar la balanza. El coronel Vindman fue escoltado por elementos de seguridad fuera de la Casa Blanca, un embajador que también rindió testimonio en las audiencias de la Cámara fue despedido, y altos funcionarios del Departamento de Justicia el martes intervinieron en nombre del amigo de Trump, Roger J. Stone Jr. quien fuera condenado por tratar de sabotear una investigación del Congreso, ocasionando que cuatro fiscales de carrera a renunciaran al caso.

Seguramente rodarán más cabezas. Una alta funcionaria del Pentágono parece estar en peligro de perder su nominación a un alto cargo del Departamento de Defensa después de cuestionar la suspensión de la ayuda presidencial a Ucrania. Del mismo modo, un fiscal involucrado en el caso de Stone ha perdido una nominación para un puesto superior en el Departamento del Tesoro. Los colegas dicen que un funcionario clave del Consejo de Seguridad Nacional enfrenta el despido. Y los últimos de docenas de funcionarios de carrera que serán transferidos fuera de la Casa Blanca podrían ser despedidos para el fin de semana.

La guerra de Trump contra lo que él llama el “estado profundo” ha entrado en una nueva fase más volátil, ya que el presidente busca afirmar un mayor control sobre un gobierno que está convencido de que no es lo suficientemente leal a él. Sin necesidad de preocuparse por el Congreso ahora que ha sido absuelto de dos artículos de juicio político, el presidente ha mostrado una renovada disposición a actuar incluso si genera nuevas quejas sobre la violación a las normas tradicionales.

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