Suerte y mala puntería salvaron a víctimas de tiroteo en metro de Brookyn

Nueva York.- Dentro de los aproximadamente 228 metros cuadrados de un vagón de metro este martes por la mañana, un hombre armado desató una lluvia de balas y disparó a quemarropa a los viajeros en hora pico: las víctimas eran cautivas.

Si bien se dispararon 33 balas de su pistola Glock, éstas solo hirieron a 10 pasajeros. Más de una docena de personas resultaron heridas, algunas de ellas asfixiadas por el humo de los dos dispositivos que la policía dijo que Frank R. James detonó antes de comenzar a disparar.

Cuando la policía anunció la captura de James este miércoles, la ciudad se estabilizó después de un ataque que no tiene equivalente en la historia del metro, y la liberación de más víctimas de los hospitales subrayó una verdad notable:

No murió una sola persona.

“No entiendo la física de eso; está a metros de distancia de las personas con un arma de fuego diseñada para matar personas, y nadie murió”, dijo Paul M. Barrett, autor de "Glock: The Rise of America’s Gun”. “Creo que es una suerte tremenda, o un milagro”.

El arma se atascó.

“Si esa arma no se atascó, la probabilidad de que alguien muriera era muy alta”, dijo el detective Paul DiGiacomo, presidente de la Asociación de Dotación de Detectives. “Dios tenía que estar cuidando ese tren, tengo que decírtelo”.

El tipo de mal funcionamiento que ocurrió se conoce como "doble alimentación", según el alto funcionario policial, que ocurre cuando el extractor del arma no puede quitar una carcasa gastada. La siguiente ronda se extrae del cargador, pero no puede avanzar porque está bloqueada por la carcasa, según Lenny Magill, fundador y director ejecutivo de Glock Store, una empresa con sede en Nashville que vende y distribuye piezas y accesorios de Glock en línea.

De alguna manera, la ciudad se ha salvado. No se colocarán coronas conmemorativas ni velas votivas en la parada de metro de 36th Street en Sunset Park, Brooklyn, donde ocurrió el ataque, y no habrá funerales a los que asistir.

El arma de fuego estaba en su cuarto dueño, según el oficial de la ley. Se vendió nueva en Texas en 2006 y se revendió en Georgia, luego en Massachusetts y finalmente a James, quien la compró legalmente en Columbus, Ohio, en 2011.

La forma en que el pistolero disparó la Glock podría haber salvado vidas. Varias víctimas, como Hourari Benkada, de 27 años, quien dijo que estaba sentado junto al pistolero en el tren en el momento del ataque, recibieron disparos en las extremidades inferiores. Benkada le dijo a CNN que una bala le había atravesado la parte posterior de la rodilla.

Rudy Pérez, de 20 años, trabajador de la construcción, fue golpeado en la pierna izquierda. La ubicación de las lesiones, en las partes inferiores de los cuerpos de las víctimas, podría indicar que el hombre estaba disparando desde la cadera, manteniendo el arma baja, dijo Magill, y por lo tanto desviando su puntería.

“Afortunadamente, no era una persona hábil con un arma”, agregó Magill.

Varias víctimas fueron tratadas por inhalación de humo de los dispositivos que detonó el pistolero. Los dispositivos llenaron el vagón del tren con vapor mientras los pasajeros se cubrían la cara y luchaban por respirar. Esa niebla también pudo haber salvado vidas, dijo el detective DiGiacomo, al evitar que el atacante viera claramente a sus propias víctimas.

“Él encendió esos botes que dificultaron incluso que él viera”, dijo.

Que nadie haya muerto puede haber sido una sorpresa para el hombre que, según la policía, estaba detrás del tiroteo. El día anterior al ataque, James publicó un video en línea en el que decía que muchas veces había querido matar. Agregó que deseaba poder “ver a la gente morir” justo frente a él.

Pero incluso después del caos y la carnicería del martes por la mañana, nadie murió.