Ruptura del Partido Republicano en Texas se agrava con acusación de embriaguez

El desdén apenas disimulado que se ha gestado durante meses entre los principales republicanos de Texas estalló a la vista del público esta semana cuando el fiscal general, Ken Paxton, acusó al presidente de la Cámara de Representantes de Texas de desempeñar sus funciones en estado de ebriedad y pidió su renuncia.

La medida de este martes conmocionó a Austin. Luego, menos de una hora después, llegó la noticia de que Paxton podría haber tenido un motivo personal para atacar al orador, Dade Phelan: un comité de la Cámara había solicitado registros de la oficina de Paxton, como parte de una investigación sobre la solicitud del fiscal general por 3.3 millones de dólares en dinero estatal para resolver las acusaciones de corrupción presentadas en su contra por sus propios exasesores de alto rango.

El panel de la Cámara, el Comité de Investigación General, se reunió este miércoles por la mañana para hablar sobre Paxton; las acusaciones en su contra, que llegaron en 2020; y las denuncias de represalias de los ayudantes que hablaron sobre el asunto y luego fueron despedidos, expulsados o renunciaron.

Las sórdidas acusaciones recordaron una era anterior de comportamiento extravagante y posturas políticas en el Capitolio estatal. Pero la enmarañada red de resentimientos y acusaciones también destacó una realidad política mucho más simple y con más consecuencias en Texas: aunque tienen el control total de la Legislatura y de todos los cargos estatales, los republicanos no siempre han estado de acuerdo sobre qué hacer con su poder.

La disidencia interna salió a la luz de manera dramática este martes.

“Es con profunda decepción que le pido al presidente Dade Phelan que renuncie al final de esta sesión legislativa”, dijo Paxton en un comunicado. “Los tejanos quedaron consternados al presenciar su actuación presidiendo la Cámara de Representantes de Texas en un estado de aparente intoxicación”.

Paxton publicó una imagen de una carta que envió este martes pidiéndole al comité investigador general que busque posibles violaciones.

Justo cuando ese comité se preparaba para celebrar su reunión sobre el caso de Paxton este martes, el fiscal general hizo su acusación contra Phelan, de 47 años. Lo hizo basándose en un video que circula en línea de una sesión nocturna del Casa de Texas el pasado viernes. Aproximadamente a las 5 horas y 29 minutos en un video oficial de la Cámara, Phelan parece arrastrar las palabras mientras habla.

Algunas personas que estaban dentro de la Cámara este viernes dijeron que no notaron ningún problema con el comportamiento de Phelan, a pesar de que su discurso sonó arrastrado en una sección del video, que llegó al final de más de 12 horas de audiencias y votaciones supervisado por Phelan ese día.

El representante Jarvis Johnson, un demócrata de Houston, habló en la Cámara justo después del momento que se muestra en el clip. Dijo que no había notado ningún comportamiento inusual por parte de Phelan.

Phelan no respondió directamente a las acusaciones de Paxton. Aun así, subrayaron el grado en que su liderazgo en la Cámara de Representantes de Texas ha enfurecido a los legisladores de extrema derecha y activistas conservadores, un ala del Partido Republicano en Texas con la que Paxton ha estado alineado durante mucho tiempo. Se han quejado de que Phelan ha bloqueado o suavizado sus prioridades: la aplicación de la ley en la frontera, el dinero público para vales de escuelas privadas o la exhibición de los Diez Mandamientos en las escuelas públicas.