Diario
Estados Unidos
martes, 17 septiembre 2019 | 13:20
Washington.- Se espera que la administración Trump le arrebate formalmente la autoridad legal a California para establecer normas de contaminación vehicular más estrictas que las federales, en un movimiento diseñado por la Casa Blanca para asestar dos golpes contra el estado liberal y el legado ambiental del presidente Barack Obama.
La noticia de que la Casa Blanca revocará una de las políticas ambientales distintivas de California será dada a conocer cuando Trump viaja al estado, donde tiene previsto asistir a eventos de recaudación de fondos en Los Ángeles y Silicon Valley.
La revocación formal de la autoridad de California para establecer sus propias normas sobre la contaminación vehicular, la mayor fuente de emisiones de efecto invernadero en Estados Unidos, se anunciará el miércoles por la tarde en un evento privado en la sede de la Agencia de Protección Ambiental de Washington, según dos personas familiarizadas con el asunto.
Un vocero de la Casa Blanca remitió preguntas sobre el asunto a la Agencia de Protección Ambiental, donde un portavoz de la EPA no respondió a un correo electrónico solicitando un comentario.
Xavier Becerra, el procurador general de California, escribió en un correo electrónico: “California continuará avanzando hacia un futuro más limpio. Estamos preparados para defender los estándares que harán realidad esta promesa”.
La medida se esperaba ampliamente desde el verano pasado, cuando la administración de Trump dio a conocer su proyecto para revertir los estrictos estándares federales de economía de combustibles establecidos por la administración Obama. El proyecto de Trump también incluye un plan para revocar una exención legal, otorgada al estado de California en virtud de la Ley de Aire Limpio de 1970, que le permite establecer estándares a nivel estatal más estrictos que los establecidos por el gobierno federal.
Pero los planes de la administración se complican, debido a que principales fabricantes automotrices le han hecho saber a la Casa Blanca que no quieren una reversión tan agresiva. En julio, cuatro fabricantes de la industria automovilística formalizaron su oposición a los planes de Trump al firmar un acuerdo con California para cumplir con estándares de emisiones más estrictos si la reversión llega a ser implementada.