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Estados Unidos

¿Puedes avanzar en tu trabajo sin usar un smartphone?

‘Estamos friendo el cerebro humano’, asegura terapeuta

Perri Ormont Blumberg / The Wall Street Journal

martes, 19 septiembre 2023 | 06:00

The Wall Street Journal | Algunos han logrado construir trayectorias sin comprar un teléfono inteligente

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Nueva York.- “Estamos friendo el cerebro humano”. Ésa es la sombría perspectiva que ofrece Jenny Wise Black, terapeuta matrimonial y familiar en Franklin, Tennessee, respecto al uso de teléfonos inteligentes.

Su oposición a los teléfonos se remonta a un año sabático que se tomó en 2015 por agotamiento. Un día, su iPhone no encendió. Aunque al principio la frustración se apoderó de ella, el sentimiento dio paso a la euforia. Fue “el mejor día que tuve desde que tenía nueve años”, dijo. Tardó un mes en arreglar su teléfono y, en el 2016, optó por deshacerse de él para siempre.

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Desde entonces, Black se ha dedicado a animar a sus clientes de terapia a vivir sin teléfono. Más allá de sus sesiones regulares, el año pasado coescribió un libro sobre el impacto de los medios digitales en la salud mental. La desintoxicación digital claramente le funciona a ella, pero si eres un empleado de mando intermedio que hace malabarismos con 17 canales activos de Slack (programa de mensajería instantánea), una bandeja de entrada de correo electrónico repleta y una apretada agenda de Zoom, ¿es posible seguir el ejemplo de Black?

‘Permean la cultura profesional’

Peter Frost, profesor de Psicología en la Universidad Southern New Hampshire, no está convencido. “La tecnología de los teléfonos inteligentes ha permeado la mayoría de las culturas profesionales”, afirmó. Su investigación ha demostrado que los adultos jóvenes ahora usan sus teléfonos inteligentes durante cinco horas y media al día, aproximadamente un tercio de sus horas de vigilia. Si no eres tan activo digitalmente, los compañeros de trabajo que responden a los mensajes más rápido pronto podrían dejarte atrás. “Sólo puedo ver abandonar el teléfono como un último recurso”, manifestó.

Frost sugiere regular más activamente el uso de su teléfono inteligente, en lugar de intentar vivir sin él. Intenta cambiar tu forma de pensar acerca de tu teléfono inteligente y modifica tus interacciones con él, apuntó.

Jessica Elefante ha intentado renunciar a su iPhone más de una vez, pero la partidaria del bienestar digital y autora del próximo libro “Raising Hell, Living Well” admite que ninguno de sus intentos por excluir totalmente el dispositivo ha funcionado. Hoy, alterna entre un iPhone y el Light Phone, que cuenta con una pantalla de tinta electrónica en blanco y negro y no admite ninguna aplicación de redes sociales.

Las expectativas han cambiado

Algunos han logrado construir trayectorias sin comprar un teléfono inteligente. Rob Beresford, de 65 años, profesor de Ingeniería en la Universidad de Brown, en Providence, Rhode Island, se ha resistido a adquirir un teléfono inteligente, aunque la institución, dice, lo ha presionado para que lo haga. Cuando su operador telefónico dejó de soportar su teléfono plegable, adoptó el viejo teléfono Android de su esposa, con pocas funciones y demasiado viejo para recibir actualizaciones de software. 

Beresford admite que no es un caso normal, tiene cátedra desde 1996. “El trabajo de un profesor solía consistir principalmente en enseñanza y tutoría cara a cara, investigaciones de laboratorio y estudio en solitario”, refirió. Esas actividades no se benefician de las interrupciones de las alertas, ni de la tentación constante del acceso a Internet. Aun así, a medida que los teléfonos inteligentes se han vuelto omnipresentes, las expectativas han cambiado.

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