Estados Unidos

Primera mujer en dirigir famosa iglesia progresista dice haber sido acosada

La reverenda Amy Butler habría perdido su trabajo debido a que se pronunció en contra del hostigamiento

The New York Times

jueves, 11 julio 2019 | 08:28

Riverside.- Cuando la Reverenda y doctora Amy K. Butler fue contratada para dirigir la Iglesia de Riverside en Manhattan en el 2014, fue aclamada como una estrella en ascenso, la primera mujer en unirse a una distinguida línea de pastores en una de las congregaciones protestantes preeminentemente progresistas en Estados Unidos.

Dos años después de su nombramiento, un influyente exmiembro del consejo gubernamental de la iglesia dejó una botella de vino y una camiseta en su escritorio, ambas con etiquetas que decían “Dulce perra”, según una investigación interna ordenada por la iglesia después de que Butler presentara una queja formal.

El exmiembro del consejo gubernamental también envió correos electrónicos sugestivos y mensajes de texto a colegas de Butler, según la investigación.

Butler, de 49 años, hizo públicos los incidentes el año pasado, escribiendo una publicación en un blog titulada “De #MeToo a #ChurchToo a #NeverAtChurch” en la que decía que el choque entre ella y el exmiembro del consejo gubernamental la había dejado “sintiéndome profundamente incómoda”.

Este mes, el consejo gubernamental despidió a Butler al no renovar su contrato, una moción que sorprendió a la congregación de mil 750 miembros, y desencadenando un debate desgarrador en torno al sexismo, el hostigamiento y la hipocresía en una iglesia cuyos líderes anteriores habían marchado por los derechos civiles junto a Martin Luther King Jr.

Los partidarios de Butler dijeron que la pastora había perdido su trabajo debido a que se había pronunciado en contra del hostigamiento y buscó un mejor trato para las mujeres y las minorías, con el objetivo de mejorar un entorno ya de por sí hostil, mismo que había llevado a algunos empleados de la iglesia a quejarse e incluso renunciar.

Pero sus oponentes dijeron que su despido está siendo malinterpretado, y señalaron las importantes dudas del consejo gubernamental sobre los cambios que hizo al personal de la iglesia y a las prioridades de programación y gastos. Su filosofía y estilo de liderazgo, dijeron, chocaron con una iglesia cuya cultura seguía siendo profundamente tradicional, a pesar de sus posturas políticas.

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