Podría coronavirus poner a prueba nuestra nueva forma de vida

La conectividad constante define la vida del siglo XXI, y a pesar de las primeras y turbulentas dos décadas, gran parte de nuestra forma de vida ha evadido el estrés de un evento global. La posibilidad de una pandemia amenaza con cambiar esto por completo.

El jueves, Estados Unidos informó uno de sus primeros medicamentos escasos para uso humano (no especificaron cuál) como resultado de las interrupciones de la cadena de suministro. Las preocupaciones sobre el futuro de la economía global han provocado que las tasas de interés se encaminen a mínimos históricos, mientras que los precios del petróleo han caído. Los principales índices económicos en todo el mundo se desplomaron entre 4 y 12 por ciento.

Una pandemia también amenaza con probar otros sistemas que son más difíciles de cuantificar. El principal de ellos: nuestro ecosistema de información. Si bien Internet ha hecho que la distribución sea más fácil que nunca, la democratización de la información ha creado plataformas y economías publicitarias creadas para recompensar la información falsa. Cuando se trata del coronavirus, la propagación de engaños, información errónea y los rumores sobre la crisis en China han afectado a YouTube y Facebook.

Amazon, que es el minorista más grande del planeta, también presentará grandes desafíos. Si los casos de coronavirus continúan confirmándose, la demanda de productos aumentará drásticamente, lo que obligaría a los empleados con salarios bajos, incluso a aquellos que pueden sentirse enfermos, a presentarse a trabajar, poniéndolos en riesgo de contagios.Tampoco tenemos forma de predecir cómo responderán servicios como Uber o Airbnb, entre muchos otros.

Nuestra forma de vida ha cambiado: de individuos a mercados, de localizados a globalizados. Hasta ahora, esta interconectividad ha sido en gran medida una fortaleza, creando una red tan grande que cada una de sus partes más pequeñas puede ser imperfecta o fallar mientras las otras persisten.