Pelosi, uno de los principales objetivos de amenazas

Washington.- En 2006, cuando Nancy Pelosi estaba a punto de convertirse en la primera mujer presidenta de la Cámara de Representantes, los republicanos hicieron una parodia cinematográfica que retrataba un malvado imperio demócrata liderado por “Darth Nancy”.

En 2009, el Comité Nacional Republicano publicó un anuncio que mostraba el rostro de Pelosi enmarcado por el cañón de un arma, completo con el sonido de una bala disparando mientras el rojo se desvanecía en la pantalla, una imitación de la película de James Bond, "Goldfinger", en la que la mujer segunda en la línea de la presidencia fue elegida como Pussy Galore.

Este año, un republicano que se postulaba en las primarias para el Senado en Arizona emitió un anuncio que lo mostraba en un duelo al estilo spaghetti western con los demócratas, en el que le dispara a una mujer con ojos saltones, máscara y cuchillo en la mano, etiquetada como "Cara loca Pelosi".

El nombre se hizo eco de los muchos apodos burlones del expresidente Donald J. Trump para Pelosi, incluido "Crazy Nancy".

El ataque contra el esposo de Pelosi, Paul Pelosi, el pasado viernes, que lo dejó con una fractura de cráneo y parecía ser parte de un ataque planeado contra la propia oradora, se produjo después de una campaña de años de los republicanos para demonizar y deshumanizar a Pelosi en maneras cada vez más horribles.

Durante la mayor parte de dos décadas, los republicanos han señalado a Pelosi como la mujer más poderosa de la política estadounidense, como la villana demócrata más siniestra de todas, convirtiéndola en la estrella malvada de sus anuncios y campañas de recaudación de fondos con la esperanza de animar a sus partidarios principales. El lenguaje y las imágenes han ayudado a alimentar las llamas de la ira contra Pelosi en la derecha, avivadas cada vez más en los últimos años por un caldo tóxico de teorías de conspiración e información errónea que ha prosperado en Internet y las redes sociales, con poca oposición de los republicanos electos.

Pelosi es ahora uno de los miembros del Congreso más amenazados del país.

Después del espantoso ataque contra Pelosi, de 82 años, muchos legisladores y líderes republicanos denunciaron la violencia, pero casi ninguno se pronunció en contra del brutal discurso político que ha dado lugar a una ola sin precedentes de amenazas contra los funcionarios electos. En cambio, la mayoría trató de vincular el incidente con el aumento de las tasas de delincuencia en todo el país que el partido ha convertido en una pieza central de su mensaje de campaña antes de las elecciones intermedias que están a solo unos días de distancia.