Estados Unidos

Migrantes explotan a otros migrantes en EU

Las indocumentadas trabajan sin opciones por salarios bajos en condiciones precarias e incluso para otros extranjeros propietarios

Reforma

domingo, 25 agosto 2019 | 07:54

Reforma

Ciudad de México— Para algunos migrantes ser dueños de una lavandería en Estados Unidos puede significar un camino a la prosperidad, pero sus empleados, también migrantes, quedan envueltos en una espiral de bajos salarios, pobres condiciones laborales y aislamiento social.

"Llevo trabajando aquí por 15 años en la misma miseria", dice Ricarda, mexicana de 44 años, y quien prefiere sólo ser identificada con su nombre de pila debido a su estatus migratorio.

Ricarda, madre soltera de dos niños, recibe un salario de 7 dólares la hora -la mitad del salario mínimo de la ciudad para pequeños negocios- mientras trabaja 72 horas a la semana sin recibir beneficios por horas extras.

En una protesta el pasado febrero, Ricarda confrontó a su empleador en el Centro de Lavandería Sunshine Shirt, en Bay Ridge, Brooklyn.

"Cuando fui al hospital, de todas maneras tuve que trabajar", dijo a su jefe.

"Te pedí instalar ventilación y te reíste. Tu hermano me empujó y me miraba de reojo".

Mientras Ricarda hablaba, dos activistas trataban de traducir lo que ella decía en español a inglés, y luego a chino para comunicárselo a su jefe, Huanxin Chen.

"Y una cosa más", dijo la mexicana después de entregarle un pliego petitorio, "Mi nombres no es Richa. ¡Es Ricarda!".

En Nueva York, poseer una lavadora o secadora es un lujo; de hecho, pocas propiedades cuentan con ello. Por eso, hay una fuerte demanda de servicios de lavandería en la ciudad. De acuerdo con datos del Departamento de Protección del Consumidor y del Trabajador de la urbe, actualmente operan 4 mil lavanderías con licencia en la ciudad.

Estos negocios ofrecen trabajos que atraen a los migrantes indocumentados, y muchos, de acuerdo con académicos y profesionales de la industria, son mujeres hispanas, como Ricarda.

Al mismo tiempo, y debido a que se tratan de negocios rentables, la industria atrae a muchos migrantes emprendedores también, muchos de los cuales son chinos, como Chen.

"Yo no hablaba buen inglés, y era difícil para mí encontrar trabajo", señaló, quien se mudó a Nueva York con su familia en 2009, y compró la tienda ese mismo año luego de ver un anuncio en un diario local en idioma chino.

Pero las tensiones entre los trabajadores de las lavanderías y sus dueños se han vuelto más visibles debido a que las lavanderas han tomado medidas muy públicas para pelear por sus derechos laborales, liderando protestas e interponiendo demandas en las que reclaman decenas de miles de dólares en salarios atrasados.

Sin embargo, en esta lucha, las victorias pueden ser agridulces. Los empleadores dicen que han tenido que reducir las horas de trabajo de sus empleados para cumplir con sus demandas de salario mínimo.

Además, al tiempo que los propietarios se encuentran a la defensiva, es sumamente difícil organizar a los trabajadores, pues temen represalias o, pero aún, ser deportados.

"Dicen: 'No tengo opción. Necesito sobrevivir, pagar la renta. Sé que están abusando de mí, pero si tomo medidas, perderé mi trabajo'", explica Mahoma López, codirectora del Centro de Trabajadores de Lavandería.

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