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Estados Unidos

Mientras el río Colorado se encoge, Washington se prepara restringir el agua

Es poco probable que los siete estados que dependen del río acepten hacer recortes voluntariamente, lo que obligaría al Gobierno de Biden a imponer cortes en el suministro

The New York Times

viernes, 27 enero 2023 | 07:15

The New York Times

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Washington.- Es poco probable que los siete estados que dependen del agua del río Colorado, cada vez más pequeño, acepten hacer voluntariamente reducciones profundas en su uso del agua, dicen los negociadores, lo que obligaría al gobierno federal a imponer cortes por primera vez en el suministro de agua a 40 millones de estadounidenses.

El Departamento del Interior había pedido a los estados que presentaran voluntariamente un plan antes del 31 de enero para cortar colectivamente la cantidad de agua que extraen del Colorado. La demanda de esos recortes, en una escala sin paralelo en la historia de Estados Unidos, fue impulsada por las caídas abruptas en el lago Mead y el lago Powell, que proporcionan agua y electricidad a Arizona, Nevada y el sur de California. La sequía, el cambio climático y el crecimiento de la población han provocado que los niveles de agua en los lagos se desplomen.

“Piense en la cuenca del río Colorado como un desastre en cámara lenta”, dijo Kevin Moran, quien dirige la promoción de políticas de agua estatales y federales en el Fondo de Defensa Ambiental. “Realmente estamos en un momento de ajuste de cuentas”.

Los negociadores dicen que las probabilidades de un acuerdo voluntario parecen escasas. Sería la segunda vez en seis meses que los estados del río Colorado, que también incluyen Colorado, Nuevo México, Utah y Wyoming, no cumplen con la fecha límite para el consenso sobre los recortes buscados por la administración de Biden para evitar una falla catastrófica del sistema fluvial.

Sin un acuerdo, el Ministerio del Interior, que gestiona los caudales del río, debe imponer los recortes. Eso rompería con la tradición de un siglo de los estados que determinan cómo compartir el agua del río. Y casi garantizaría que los esfuerzos cada vez más urgentes de la administración para salvar el Colorado se vean atrapados en largos desafíos legales.

La crisis del río Colorado es el último ejemplo de cómo el cambio climático está abrumando los cimientos de la vida estadounidense, no solo la infraestructura física, como represas y embalses, sino también los fundamentos legales que han hecho que esos sistemas funcionen.

Las leyes de un siglo, que asignan diferentes prioridades a los usuarios del río Colorado en función de cuánto tiempo han usado el agua, se enfrentan a una filosofía en competencia que dice que, a medida que cambia el clima, los cortes de agua deben distribuirse según lo que sea práctico.

El resultado de esa disputa dará forma al futuro del suroeste de los Estados Unidos.

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