Mayorkas, en el ojo de los republicanos

Pharr, Texas.– Dentro de un salón de clases de un colegio a casi 10 kilómetros (6 millas) de la frontera de Estados Unidos (EU) con México, los republicanos de la Cámara orquestaron en este mes un momento televisivo para el que viajaron hasta este lugar, logrando que un oficial de alto rango de inmigración aceptara que el Gobierno de Estados Unidos tiene que impedir que los migrantes crucen al país sin autorización.

“No, señor”, le respondió Raúl L. Ortiz, jefe de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, a miembros del Comité de Seguridad Interior cuando le preguntaron si el Gobierno de EU “tenía un control operativo” de la frontera.

La respuesta podría parecer obvia en un momento en el que varias decenas de miles de migrantes se están presentando en la frontera cada mes, aunque para los republicanos, para quienes la máxima prioridad es atacar a la administración de Joe Biden en el tema de la inmigración –y acusar a Alejandro Mayorkas, el secretario de Seguridad Interna, un compromiso inquebrantable–, valió la pena el viaje de más de 2 mil 400 kilómetros (mil 500 millas) desde Washington.

Contradicciones

Los republicanos hicieron alarde de la declaración de Ortiz, que al parecer se contradice con el testimonio que Mayorkas le dio a otro panel congresista el año pasado, y que los medios de comunicación conservadores reprodujeron una y otra vez.

Aunque desde hace tiempo al Gobierno de Estados Unidos le ha faltado una definición consistente de lo que hace que la frontera sea segura, el representante republicano Mark E. Green de Tennessee, presidente del panel, se apoderó de la aparente discrepancia, comprometiéndose en Fox News a interrogar a cada jefe de sector fronterizo para “investigar si Mayorkas mintió o no”.

Éste es el tipo de espectáculo que los republicanos habían tratado de crear desde que ganaron el control de la Cámara, prometiendo escudriñar lo que ellos aseguran que se trata de una “crisis fronteriza” generada por la laxa aplicación de la ley por parte del presidente Joe Biden y Mayorkas.

En los dos últimos meses, los republicanos de por lo menos cuatro comités y subcomités han enviado delegaciones a la frontera, destinando recursos de los contribuyentes en tres audiencias de campo, entre otros lugares, con el fin de atraer la atención hacia su mensaje y generar la cobertura de los medios de comunicación que impulsan su narrativa.

Sin evidencia visual

Durante patrullajes realizados antes de esas excursiones congresistas, los republicanos habían tenido problemas para obtener una evidencia visual de la crisis.

El mes pasado, miembros del Comité Judicial no vieron ninguna aprehensión en Yuma, Arizona, convirtiéndolos en el ridículo para los demócratas, quienes han estado boicoteando sus viajes.

Los republicanos del panel de Seguridad Interna reportaron sólo una en este mes, cerca de Pharr.

Aunque la falta de una prueba física no ha disuadido a los republicanos de acumular la culpa de los desafíos fronterizos del país en los pies de Mayorkas, quien se espera que reciba más ataques de los republicanos cuando testifique este martes ante el Comité Judicial del Senado.

“Este secretario del Departamento de Seguridad Interna no desea otra cosa que inundar el país con gente”, dijo Green en su sesión del Comité en este mes.

Dijo que el incremento de los cruces fronterizos, el crecimiento de los cárteles y la epidemia doméstica de fentanilo habían sucedido “debido a las decisiones, incompetencia y deshonestidad de Mayorkas”.

Una realidad muy diferente

Justo a unas cuantas millas de donde se reunieron los republicanos, la realidad en la frontera era muy diferente de la que fue presentada en la audiencia de campo.

Después de llegar a un pico de 250 mil en diciembre, el número de encuentros entre oficiales y migrantes en la frontera sur ha empezado a descender, cayendo en aproximadamente un 40 por ciento en enero pasado, y sosteniendo constantemente esos niveles durante febrero.

Oficiales de Seguridad Interna, incluyendo a Ortiz, le han dado el crédito al número de iniciativas de disuasión, incluyendo nuevos proyectos para fortalecer la infraestructura fronteriza, incremento en las interdicciones y un aumento en los vuelos para regresar a los migrantes a su país de origen.

“No hemos escuchado que estén cruzando tan frecuentemente como lo hacían, ha sido de una manera muy, pero muy lenta”, comentó Lourdes González. Ella está a cargo de un pequeño albergue en un desvencijado vecindario de Reynosa, una ciudad que se encuentra en el lado mexicano de la frontera, al otro lado de Pharr, que atiende a los migrantes que tienen condiciones médicas y traumáticas.

Críticas no amainan

El lento ritmo no ha calmado la crítica de los republicanos. Usualmente, mencionan el número total de encuentros entre migrantes y agentes fronterizos desde que Biden inició su mandato –4.7 millones– y los 1.3 millones que presumiblemente han “escapado”, o sea, personas que han cruzado la frontera y no han podido ser aprehendidas por los oficiales.

Los republicanos dicen que esas cifras han excedido por mucho los totales durante el mandato del presidente Donald Trump.

Los demócratas aseguran que la estrategia de los republicanos sobre esos temas es parte de la razón por la que ellos han boicoteado sus viajes a la frontera, descartando sus esfuerzos para anotarse puntos políticos montando un espectáculo.

“Ellos no están interesados en las soluciones”, comentó la representante Pramila Jayapal de Washington, quien encabezó una delegación por separado de demócratas del Comité Judicial a la misma área de la frontera varios días después que salieron los republicanos.

Su principal enfoque

Los republicanos han dicho que están dispuestos a hablar acerca del incremento en el financiamiento al Departamento de Seguridad Interna, pero su principal objetivo ha sido enfocarse en Mayorkas, a quien acusan de manejar mal los recursos que tiene a su disposición y de ser negligente en solicitarle al Congreso los incrementos necesarios para el presupuesto de su departamento.

“Él mintió al Congreso o es incompetente, y esas dos cosas no son buenas”, dijo Green sobre Mayorkas.

Sin embargo, ha habido una pequeña y verdadera diferencia entre sus declaraciones. Al declarar la frontera como segura, Mayorkas usualmente ha dependido de variaciones al estándar que la Patrulla Fronteriza definió en el 2007 como “la habilidad para detectar, responder e impedir la penetración fronteriza en áreas que son consideradas como de alta prioridad”.

Aunque Ortiz utilizó una definición reglamentaria, mostrada en un letrero que estaba detrás de Green durante la audiencia: “la prevención de todas las entradas ilegales a Estados Unidos”.

El Departamento de Seguridad Interna ha defendido su manejo de los desafíos, argumentando que la administración Biden heredó lo que un portavoz catalogó como “un sistema de inmigración desmantelado” y ha enfrentado “una migración sin precedentes”.

Un descenso moderado

40% aproximadamente cayeron los encuentros entre agentes fronterizos e inmigrantes de diciembre a enero pasados

250 mil casos se registraron durante el último mes del 2022, alcanzando su pico

Argumentos republicanos

4.7 millones de encuentros se han reportado en lo que va del mandato de Biden

1.3 millones de migrantes observados presumiblemente lograron huir de los agentes fronterizos