La variante Delta es el síntoma de una amenaza mayor: el rechazo a la vacuna

Washington.- Después de un breve respiro, Estados Unidos se encuentra nuevamente en una encrucijada de la pandemia. La cantidad de infecciones ha aumentado, lentamente al principio, luego rápidamente, a 51 mil casos por día, en promedio, más de cuatro veces la tasa de hace un mes. El país puede volver a ver hospitales desbordados, trabajadores de la salud agotados y miles de muertes innecesarias.

La variante delta más contagiosa puede tener la culpa, pero lo que impulsa su aumento es un enemigo más antiguo y familiar: la vacilación y el rechazo a las vacunas, que ha prevalecido durante mucho tiempo en Estados Unidos. Si se vacunara una franja más amplia de la población, no habría un resurgimiento de la variante delta, la variante alfa o cualquier otra versión del coronavirus.

Si bien las infecciones progresivas leves pueden ser más comunes de lo que se pensaba, las vacunas previenen eficazmente las enfermedades graves y la muerte. Sin embargo, casi la mitad de la población permanece sin vacunar y sin protección. Aproximadamente el 30 por ciento de los adultos no ha recibido ni una sola dosis, y el porcentaje es mucho mayor en algunas partes del país.

Estados Unidos es uno de los pocos países con suficientes vacunas a su disposición para proteger a todos los residentes y, sin embargo, tiene las tasas más altas de rechazo a las vacunas de todas las naciones, excepto Rusia.

Los expertos en salud pública han advertido infructuosamente durante meses que el virus, cualquier versión del mismo, resurgiría si el país no vacuna a la población lo suficientemente rápido. Bill Hanage, investigador de salud pública en Harvard, predijo en enero que Florida podría tener un verano difícil. Ahora, 1 de cada 5 nuevas infecciones en todo el país se encuentra en Florida.

Es cierto que la velocidad y ferocidad con la que la variante delta está arrasando Asia, Europa, África y ahora América del Norte, ha tomado por sorpresa a muchos expertos. Ahora representa aproximadamente el 83 por ciento de las infecciones en Estados Unidos.

Pero delta no es de ninguna manera la variante más perversa que existe. Gamma y lambda están esperando entre bastidores, y quién sabe qué versiones espantosas ya están floreciendo sin ser detectadas en los rincones más lejanos del mundo, quizás incluso aquí en Estados Unidos.