La seguridad se fortalece en el distrito de Washington

Washington— Miles de soldados armados de la Guardia Nacional se dirigían a Washington para reforzar la seguridad para la celebración inaugural de la próxima semana, ya que los investigadores federales centraron su atención en la difícil cuestión de cuántos militares y policías participaron en el violento ataque contra el Capitolio, una agencia del orden público, dijo un funcionario ayer jueves.

Además de las tensiones, se descubrió que decenas de personas en una lista de vigilancia de terroristas habían estado en Washington el 6 de enero por eventos a favor de Trump que finalmente terminaron en el asalto al Capitolio, según dos funcionarios del gobierno informados sobre la investigación del Departamento de Justicia sobre el motín.

La mayoría eran supuestos supremacistas blancos, según The Washington Post, que informó anteriormente sobre su estado en la lista. No estaba claro cuántas personas en la lista de vigilancia formaban parte de la turba que irrumpió en el Capitolio, pero su presencia en la capital se suma a las preguntas urgentes sobre los preparativos de seguridad para los eventos del 6 de enero.

La red nacional de los responsables de la peor incursión en el hogar del Congreso desde la Guerra de 1812, ha entrado ahora en su segunda semana, y los investigadores están cada vez más preocupados de que algunos de los atacantes hayan aportado habilidades especializadas para enfrentar el asalto. Hasta ahora, dos policías fuera de servicio de un pequeño pueblo de Virginia y un teniente coronel retirado de la Fuerza Aérea de Texas se encuentran entre los sospechosos con vínculos policiales o militares: una pequeña fracción de las más de 100 personas que han sido puestas bajo custodia federal.

Aun así, los videos y fotos publicados en línea han mostrado escenas escalofriantes de alborotadores con equipo táctico moviéndose a través del caos dentro del complejo del Capitolio en formación apretada y, a veces, usando señales de mano para comunicarse entre sí. Los investigadores están ansiosos por determinar si alguno de estos conspiradores estaban trabajando juntos o tenían vínculos con la policía o el ejército.