Estados Unidos

La heroína está desapareciendo en ciudades donde alguna vez reinó

Se ha documentado también un dramático incremento del fentanilo sintético, que puede ser 50 veces más fuerte

The New York Times

sábado, 18 mayo 2019 | 11:18

The New York Times

Baltimore— La heroína había arrasado esta ciudad desde principios de los años 1960, provocando desesperación y delitos que siguen siendo endémicos en muchos vecindarios.

Sin embargo, últimamente, a pesar del largo y profundo historial que había tenido la heroína en este lugar, los usuarios dicen que es casi imposible dar con ella.

La presencia de la heroína está disminuyendo en Eastern Seaboard, desde las ciudades fabricantes de lana de Nueva Inglaterra hasta las zonas rurales de los Apalaches, y en partes del norte centro del país que hace unos años se vieron abrumadas por ese enervante.

La heroína sigue prevaleciendo en muchos estados del sur, pero hasta en la Ciudad de Nueva York, que es centro de distribución de drogas más grande del país, se ha visto menos en este año.

La disminución del suministro debería ser una victoria tanto para la salud pública como para las autoridades.  Pero en lugar de eso, en ciudades como Baltimore, los que usan la droga desde hace tiempo y que han sobrevivido décadas inyectándose se encuentran en un mayor riesgo de morir por una sobredosis.

Eso se debe a que el fentanilo sintético, que es una droga más letal, es mucho más barata para producir y distribuir que la heroína, y ha logrado reemplazarla.

El dramático incremento del fentanilo, que puede ser 50 veces más fuerte que la heroína, ha sido bien documentado.

Aunque su efecto en muchos usuarios urbanos de heroína de más edad, que han podido manejar su adicción durante años, ha sido menos notado.  El cambio de la heroína al fentanilo en las ciudades ha contribuido al surgimiento de muertes por sobredosis entre los adultos mayores y afroamericanos y ha desconcertado a muchos como William Glen Miller Sr., quien se inició a los 13 años en el uso de la heroína en el oeste de Baltimore.

“No tarda ni un segundo en hacerte efecto”, dijo Miller de 64 años, describiendo el desconocido golpe del fentanilo”.  “Todo lo que recuerdo es haberme insertado la aguja y tres horas después me pude levantar del suelo”.

La razón por la que el fentanilo está en todos lados es lo económico:  los distribuidores y traficantes pueden ganar más dinero con esto que con la heroína.  En lugar de esperar meses para que crezcan los campos de amapola en México y los agricultores cosechen la goma de color café y negro, que luego se refina, se convierte en polvo y luego es enviada al norte, los traficantes de este país y México ordenan el fentanilo a China, o los precursores químicos para elaborarlo en los laboratorios clandestinos, generando más dosis con mucho menos trabajo.

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