Estados Unidos

Hackers rusos se vuelven más sigilosos de cara a elecciones 2020

Las defensas estadounidenses han mejorado desde 2016 pero algunas vulnerabilidades aún permanecen

The New York Times

viernes, 10 enero 2020 | 08:57

The New York Times

Nueva York.- La Agencia de Seguridad Nacional y su contraparte británica emitieron una advertencia inusual en octubre: los rusos están de regreso y se volvieron más sigilosos.

Señalaron que grupos vinculados a las agencias de inteligencia en Rusia fueron descubiertos recientemente en la red de una unidad de hackeo iraní de élite desde donde atacaban a gobiernos y empresas privadas en Medio Oriente y Gran Bretaña, con la esperanza de que Teherán fuera culpado por el caos.

Para los funcionarios federales y estatales encargados de preparar las defensas para las elecciones del 2020, fue un claro mensaje de que la próxima guerra cibernética no será como la última. El panorama está evolucionando, y la intervención en las redes iraníes fue un ejemplo de lo que los funcionarios y expertos de seguridad electoral de Estados Unidos enfrentarán a medida que el país ingresa a lo que se perfila como una horrenda temporada de campaña marcada por el hackeo y la desinformación.

Las defensas estadounidenses han mejorado enormemente en los cuatro años desde que los hackers y provocadores rusos montaron una amplia campaña para influir en las elecciones presidenciales del 2016. Facebook está al asecho de amenazas que apenas sabía que existían en el 2016, como anuncios falsos pagados en rublos y autoproclamados secesionistas de Texas que ingresan a la red social desde San Petersburgo. Los funcionarios electorales están aprendiendo sobre los bots, el ransomware y otros vectores de delincuencia digital. Los funcionarios militares están considerando aceptar que existe una guerra informática y tomar represalias contra la interferencia electoral hackeando a altos funcionarios rusos y filtrar sus correos electrónicos personales o información financiera.

Sin embargo, las entrevistas con docenas de funcionarios y expertos dejan en claro que muchas de las vulnerabilidades explotadas por Moscú en el 2016 aún permanecen latentes. La mayoría de las campañas políticas no están dispuestas a gastar lo necesario para establecer ciberdefensas efectivas. Millones de estadounidenses todavía son muy propensos a creer en noticias falsas. Y los encargados de proteger las elecciones estadounidenses enfrentan el mismo desafío central que enfrentaron hace cuatro años: detectar y evitar cualquier ataque antes de que pueda interferir en la votación o sembrar dudas sobre los resultados en las urnas.

Los rusos fueron descuidados en el 2016 porque podían serlo: tomaron por sorpresa a los estadounidenses. Ahora los piratas informáticos y los provocadores, que han visto su oficio en las páginas de las evaluaciones de inteligencia estadounidenses y en acusaciones federales, están siendo más cuidadosos y están mejor preparados para no dejar rastro de sus operaciones.

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