Diario
Estados Unidos
miércoles, 16 octubre 2019 | 10:27
Washington.- Una familia británica, que se encuentra bajo custodia de las autoridades estadounidenses de inmigración fue arrestada por lo que los agentes creen que fue un intento deliberado de ingresar ilegalmente a Estados Unidos desde Canadá, según dijo el martes la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) en un comunicado, publicó The Washington Post.
El arresto de la familia Connors recibió una amplia cobertura en Estados Unidos y Gran Bretaña después de que su abogada los describiera como turistas que cruzaron la frontera accidentalmente y terminaron encarcelados con sus hijos pequeños en un centro de detención bajo condiciones miserables.
La abogada de la familia, Bridget Cambria, dijo que sus clientes conducían cerca de la frontera con Estados Unidos al sur de Vancouver el 2 de octubre cuando se desviaron para evitar atropellar a un animal y se desviaron hacia Estados Unidos sin darse cuenta. Los miembros de la familia dijeron que fueron detenidos por agentes estadounidenses, se les negó una solicitud de regresar a Canadá y se los envió a un centro de detención familiar en Pensilvania, donde están detenidos en espera de ser deportados.
Los funcionarios de CBP impugnaron la versión de la familia sobre el incidente y dijeron que los Connors fueron vistos en un video vigilancia “conduciendo lenta y deliberadamente a través de una zanja en Boundary Road en Blaine, Washington” a lo largo de dos caminos paralelos entre Estados Unidos y Canadá. Las carreteras no están conectadas por calles transversales, y la única forma legal de atravesar los países es por medio de las casetas fronterizas ubicadas por toda la región.
Cambria no pudo ser contactada de inmediato el martes para hacer un comentario.
Eileen Connors, de 24 años, presentó una queja ante el Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional el viernes alegando que toda su familia, incluido su hijo de 3 meses, ha pasado más de una semana viviendo en condiciones “frías” e “insalubres” en el Centro Residencial de Detención Familiar Berks en Leesport, Pennsylvania.
“Nunca lo olvidaremos, quedaremos traumatizados por el resto de nuestras vidas por lo que el gobierno de Estados Unidos nos ha hecho”, escribió Connors en una declaración. “Hemos sido tratados como criminales, despojados de nuestros derechos y se nos ha mentido”, según escribió. “Sin duda la peor experiencia que jamás hayamos vivido".