El presidente Biden mantiene a Hunter cerca a pesar del peligro político

Los abogados de su hijo Hunter habían llegado a un acuerdo con los fiscales federales por cargos de impuestos y armas, y al presidente le pareció que el largo calvario legal finalmente terminaría.

Pero cuando el acuerdo colapsó a finales de julio, Biden, cuya imagen pública optimista a menudo contradice un temperamento más voluble, quedó atónito.

Se sumió en la tristeza y la frustración, según varias personas cercanas a él que hablaron bajo condición de anonimato para preservar sus relaciones con la familia Biden. Desde entonces, su tono en las conversaciones sobre Hunter ha estado teñido de una resignación que antes no existía, dicen sus confidentes.

Ahora, mientras el Departamento de Justicia planea acusar a Hunter Biden por posesión de armas en las próximas semanas, los asesores de la Casa Blanca se están preparando para muchos ataques republicanos y la perspectiva de un juicio penal en medio de la campaña presidencial de 2024.

Los republicanos han calificado los problemas de Hunter como una mezcla de nepotismo y corrupción, lo que la administración de Biden niega. Pero no hay duda de que el caso de Hunter es una carga política y emocional para su padre y para quienes desean verlo reelegido.

La saga refleja la dolorosa dinámica de la primera familia, marcada por una intensa ambición y una profunda pérdida, junto con la ira y la culpa. Es la historia de dos hijos muy diferentes, aunque muy amados, y de un padre que se aferra al que le sobrevive todavía.

Las personas que conocen a ambos hombres dicen que su vínculo es singular en su intensidad. Pero incluso los aliados del presidente Biden, que se enorgullece de sus instintos políticos y humanos, dicen que en ocasiones ha sido demasiado deferente con su hijo menor, pareciendo reacio a decirle que no, a pesar de los problemas de Hunter y su larga serie de malas decisiones.

Y eso ha creado un peligro político inesperado para el presidente.