El caso del aborto en Texas refleja el éxito conservador en dominar la Corte

Cuando la Suprema Corte rechazó el miércoles bloquear una ley muy restrictiva sobre el aborto en Texas, cumplió con las ambiciones que se tenían desde hace tiempo de una serie de presidentes, senadores y activistas conservadores republicanos comprometidos, que trabajaron incesantemente durante años para concretar una mayoría confiable contra el aborto en la corte.

La decisión confirmó los peores temores de los activistas que están a favor de los derechos reproductivos, que desde hace tiempo advertían que los conservadores se estaban moviendo agresivamente para lograr una mayoría en la corte que pudiera frenar el derecho al aborto.

También demostró el éxito de un plan maestro orquestado cuidadosamente que requería una profunda coordinación entre la comunidad legal conservadora, la Casa Blanca y el Senado, junto con la voluntad del senador Mitch McConnell de Kentucky para lograr la confirmación de una estrategia agresiva.

“Ése ha sido el punto decisivo de nuestra estrategia política desde hace décadas”, comentó Mallory Quigley, vicepresidenta de Comunicaciones de la Lista Conservadora Susan B. Anthony.

“Eso ha incluido elegir presidentes y senadores que estén a favor de la vida,  y elegir a esos legisladores a favor de la vida para que puedan nominar y confirmar a jueces a favor de la vida en la Suprema Corte”.

Sin embargo, los demócratas siempre han sido escépticos, señalando los antecedentes conservadores de los nominados y su fuerte apodo de la Sociedad Federalista, un conducto conservador de jueces federales.

Para los republicanos, eso fue una reivindicación de una apuesta que hicieron hace años de que enfocarse en la corte podría ayudarlos a lograr sus objetivos políticos aun cuando no tuvieran un amplio apoyo del público.