El atractivo de las órdenes ejecutivas: fáciles de implementar pero fáciles de cancelar

Washington— Mientras el presidente Donald J. Trump abordaba el avión para viajar a Florida este miércoles, habló de sus logros como algo de gran envergadura, ambiciosos y sobre todo, duraderos --- unas cuantas horas antes de que su sucesor empezara a demoler su legado a una gran velocidad.

“Hemos logrado mucho juntos”, le dijo Trump a un grupo de simpatizantes, destacando lo que él creyó que eran sus principales éxitos en las políticas de inmigración, desregulación, asuntos de los veteranos e impuestos --- agregando “Nosotros no fuimos una administración regular”.

La aprobación de la propuesta fiscal de Trump en el 2017 y su designación de tres jueces a la Suprema Corte son claramente sus logros más duraderos. Sin embargo, muchas de las otras acciones características de Trump fueron promulgadas a través de la vía ejecutiva, haciendo que fueran especialmente vulnerables para que fueran revertidas rápidamente de la misma manera --- a través de una orden ejecutiva.

El presidente Biden, quien es un operador más experimentado en Washington, no está usando ese proceso para construir su legado, como Trump intentó hacerlo, sino como una manera de borrar el de Trump.

En sus primeras 48 horas de su mandato, Biden emitió unas 30 órdenes ejecutivas, de las cuales 14 se enfocan en un amplio rango de los mandatos ejecutivos de Trump, con el recordatorio destinado a implementar medidas de emergencia que pretenden lidiar con la pandemia y la crisis económica.

Un ex asesor de alto rango de Trump, quien habló de manera anónima por temor a una represalia, estuvo de acuerdo con eso. “Muy poco de lo que Trump hizo fue para asegurar la permanencia. Al ritmo al que Biden se está moviendo, todo lo que hizo Trump va a desaparecer para cuando salga el sol este lunes --- excepto sus designaciones judiciales”.