Diario
Estados Unidos
miércoles, 10 abril 2019 | 11:54
Washington.- En el trasfondo del exabrupto más reciente del presidente Trump sobre la inmigración, siempre rondó el asesor de políticas Stephen Miller —incitándolo en sus amenazas de cerrar la frontera, advirtiéndole sobre los peligros de parecer débil y alentando los súbitos despidos en su equipo de seguridad interna, publicó The Washington Post.
Otro asesor de primer rango a quien Trump escucha en el tema inmigratorio, su yerno Jared Kushner, se mantuvo más discreto durante los desplantes. Poco antes de acompañar a Trump en un viaje a la frontera sur, Kushner se reunió en forma privada con el embajador mexicano a fin de hablar sobre un enfoque de mayor colaboración.
El contraste representa las funciones de los policías inmigratorios buenos y malos que ahora Kushner, de 38 años, y Miller, de 33, hacen en la Casa Blanca. Si Miller ratifica los impulsos de línea dura de Trump, Kushner intenta canalizar el deseo que el Presidente tiene de ser visto como un gran negociador.
Las diferencias colocan a los dos asesores rumbo a un choque potencial —sumándose al torbellino de confusión respecto a la forma como Trump pretende abordar el incremento de migrantes en la frontera, de acuerdo con entrevistas de 21 colaboradores de la Casa Blanca, funcionarios de la administración, legisladores, operadores republicanos y confidentes de Trump, muchos de los cuales pidieron no ser identificados.
Por el momento, los funcionarios de la Casa Blanca dicen que los dos consejeros han mantenido una amistosa relación laboral, concentrándose en imperativos divergentes pero complementarios.
Pero las escisiones entre ambos son evidentes, desconociéndose cuál filosofía inmigratoria terminará adoptando Trump.