Desempleados por pandemia en EU viven en incertidumbre

Chicago.- Durante tres décadas, Kelly Flint prosperó como agente de viajes corporativos, enviando a todo el mundo, desde gente de negocios hasta petroleros, por todo el planeta. Luego vino la peor pandemia en un siglo, dejándola sin trabajo y abandonada en una economía incierta.

Con licencia desde marzo, Flint ha recurrido a su cuenta de jubilación para pagar sus facturas, frustrada porque sus pagos semanales de ayuda federal de emergencia de 600 dólares han expirado. También anhela el fin de los dos desastres que ahora dominan su vida: la recesión y la pandemia.

"No me va bien con las incógnitas", dice. "Nunca"

En todo Estados Unidos hay legiones de Kelly Flints, mujeres y hombres que no saben cuándo recibirán otro cheque de pago.

El brote de coronavirus y la convulsión económica resultante han arruinado millones de vidas. Las industrias se derrumbaron, las empresas cerraron, los trabajos desaparecieron. Y para agravar la miseria, todavía hay una pregunta que nadie puede responder: ¿Cuándo terminará todo esto?

En un testimonio reciente ante el Congreso, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, repitió su advertencia anterior: la fuerza de cualquier recuperación dependerá de la capacidad de la nación para contener el virus. El panorama para la economía estadounidense, dijo, es "extraordinariamente incierto".

Si 2020 tuviera que condensarse en una sola palabra, y hay muchas, muchas palabras para describirlo, la incertidumbre estaría en la parte superior de la lista. Incertidumbre sobre la salud. Acerca del futuro. Sobre el propio país. Y la incertidumbre sobre los medios de vida, el empleo y la seguridad económica en un momento histórico en el que cada día parece traer una nueva ola de acontecimientos no deseados.

Estados Unidos ha enfrentado calamidades económicas antes, más recientemente durante la recesión de 2008, cuando la tasa de desempleo se disparó al 10 por ciento. Eso palidece en comparación con las dos crisis que han costado más de 160 mil vidas estadounidenses y han provocado un aumento vertiginoso del desempleo: 30 millones de empleos perdidos, de los cuales 17.5 millones de personas siguen desempleadas.

"No es solo el alcance de las pérdidas", dice Martha Gimbel, economista de Schmidt Futures. "Hasta que hayamos resuelto la crisis de salud pública o tengamos un cronograma, ninguno de nosotros sabrá qué está pasando".

Incertidumbre, pintada en el paisaje por los números. Y detrás de cada uno, un ser humano.