Demócratas de Texas miran hacia un futuro más allá de Beto O'Rourke

Dallas.- En el primer día de la votación anticipada en Texas a fines de octubre, la fila para ver a Beto O’Rourke cerca de un lugar de votación en el este de Dallas serpenteaba sobre el pasto mojado bajo una lluvia ocasionalmente torrencial.

O'Rourke, una celebridad política que compite por convertirse en el primer gobernador demócrata de Texas en décadas, estaba optimista. También lo estaban sus seguidores, algunos de los cuales, empapados o protegidos con ponchos, habían estado esperando más de 45 minutos.

“Es una nueva alternativa”, dijo Joan Jackson, de 70 años, quien se retiró de las relaciones públicas y vivía cerca. “Me encanta su energía y su entusiasmo”.

Pero cuando se contaron las boletas el día de las elecciones, estaba claro que una ola demócrata en Texas una vez más no se había materializado, y el gobernador Greg Abbott, el titular republicano de dos mandatos, logró la victoria.

“Quiero agradecer a mis compañeros tejanos”, dijo Abbott en un discurso poco después del cierre de las urnas. “Juntos mantendremos a Texas como el estado más grande en el país y en la historia del mundo”.

Apenas unos meses antes, el dominio del que tanto se jactaba el Partido Republicano en Texas parecía vulnerable, y O'Rourke parecía la opción correcta para asumirlo. Pero regresó a su hogar en El Paso este martes y sigue siendo el demócrata de Texas más famoso que nunca ganó una carrera fuera de su ciudad natal.

“No sé cuál será mi papel, pero estoy en esta lucha de por vida”, dijo en su discurso de concesión. "Quién sabe qué sigue para cualquiera de nosotros, ¿verdad?"

En una elección en la que la ira por las restricciones al aborto y la violencia armada parecía destinada a impulsar la participación demócrata, la pérdida de O'Rourke fue un golpe demoledor.