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Estados Unidos
miércoles, 10 mayo 2023 | 21:11
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Chicago.- Unas abultadas maletas se encontraban alineadas contra una serie de ventanas que dan a la calle en la estación de policía del Lado Norte en Chicago una mañana de esta semana.
Colchones inflables, cobijas y almohadas cubrían el brillante piso de la recepción. Y más de 40 mujeres, hombres y niños se encontraban en donde podían ---- durmiendo, platicando en español o comiendo huevos revueltos con salchichas que un voluntario colocó en una larga mesa.
En los últimos días del período de la alcalde Lori Lightfoot, su administración se ha visto confundida por una inesperada oleada de migrantes, mayormente de Sudamérica, quienes han sido enviados en autobús o en avión desde los estados del sur a la Estación Chicago Union o al Aeropuerto Internacional O´Hare, y luego a las estaciones de policía como la que está en el Lado Norte para esperar que haya espacio en albergues.
Los oficiales de la ciudad y voluntarios dicen que la respuesta al influjo se encuentra fracturada, ya que la caótica realidad de la crisis migrantes en Estados Unidos está presionando los recursos de esta ciudad dirigida por una demócrata, para albergar y alimentar a miles de nuevas llegadas de personas.
Se espera que el influjo aumente después del cambio de reglas que entrarán en vigor este jueves.
Para Chicago, el desafío no es únicamente algo práctico, sino una prueba de la propia sensación de identidad de la ciudad.
Desde finales del siglo 19, cuando Jane Adams estableció Hull-House, un asentamiento social que atrajo a migrantes, Chicago se ha considerado a sí mismo como un punto de entrada para los recién llegados, una ciudad santuario que recibe personas extranjeras.
Mientras el número de migrantes que están llegando a Chicago ha aumentado significativamente en las últimas semanas, su presencia en toda la ciudad --- en estaciones de policía, parques y calles de vecindarios --- se ha hecho más visible.
Más de 100 nuevos migrantes están llegando cada día actualmente, según dijeron oficiales, comparado con una docena al día de hace unos meses.
Este martes, Lightfoot declaró estado de emergencia. Señaló que Greg Abbott, el gobernador republicano de Texas, quien ha enviado miles de migrantes en autobús desde Texas a ciudades dirigidas por demócratas, ha reanudado el envío de migrantes a Chicago en medio de “una crisis humanitaria nacional”.
“Debemos entender que esta crisis va a profundizarse antes de que pueda mejorar”, dijo Lightfoot, agregando que “a través de un esfuerzo unificado de acuerdo con sus valores como ciudad que tiene puertas abiertas, Chicago está haciendo todo lo que puede para responder a la urgencia de este problema”.
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