Baja testeo en EU; exigen pruebas rápidas

Washington DC.- Mientras se acelera la vacunación contra Covid-19 en Estados Unidos, por más de dos semanas las pruebas de detección de la enfermedad han ido a la baja y expertos están urgiendo acudir a los tests rápidos para remontar el rezago.

El 18 de enero, el promedio semanal de pruebas realizadas por día alcanzó un récord de 2.1 millones, de acuerdo con el Covid Tracking Project. El jueves pasado fue de menos de 1.7 millones, cuando las autoridades consideran que es necesario un margen de 2 millones de pruebas para mantener la propagación a raya.

Algunos expertos piensan que los tests masivos, incluso a costa de perder precisión médica, podrían salvar cientos de miles de vidas.

A medida que avanza lentamente la campaña de vacunación, dicen, se podría frenar el brote y reabrir buena parte de la economía levantando algunas trabas regulatorias para permitir millones de tests rápidos, que aunque son técnicamente menos precisos podrían ser más eficaces para identificar a las personas enfermas cuando son más contagiosas.

"Nuestro enfoque para el testeo, que ha fracasado, ha intentado abordar la pandemia como si fuera un cúmulo de pequeños problemas médicos", dijo el doctor Michael Mina, especialista en testeo de la Universidad de Harvard.

"Debemos dar un paso atrás y decir, 'esperen, esto no es un conjunto de problemas médicos, es una epidemia. Y si resolvemos la epidemia resolvemos los problemas médicos'".

La mayoría de las pruebas realizadas realizadas en EU son del tipo lento PCR. Las pruebas iniciales creadas para diagnosticar Covid-19 usaban la técnica más avanzada, que se convirtió rápidamente en estándar en hospitales y laboratorios del país. También se convirtió en el referente de precisión de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés), que ha autorizado más de 230 pruebas PCR pero apenas una docena de pruebas rápidas. Las pruebas rápidas buscan proteínas virales, consideradas en general una medida menos rigurosa de la infección.

La FDA dijo en un comunicado que apoya la "innovación en las pruebas" y "no ha vacilado" en volver disponibles las pruebas rápidas.

Pero la mayoría de los expertos coinciden en que el sistema vigente en Estados Unidos, que depende en gran medida de los tests de laboratorio, sigue siendo incapaz de frenar un virus que mata a más de 3 mil personas por día y ha elevado la cifra total de muertes a más de 460 mil.

Para mayor complicación, aproximadamente el 40 por ciento de las personas infectadas no exhiben síntomas. Mina sostiene que en el caso de estos vectores silenciosos los tests rápidos son más efectivos que los de laboratorio. El test de PCR, con su precisión médica, sigue detectando el Covid-19 en personas que ya han superado el virus y han dejado de ser contagiosas. El test rápido, aun siendo menos sensible, afirma, es más eficaz para descubrir el virus en los primeros días cruciales de infección, cuando se puede transmitir explosivamente en las poblaciones.

"Esto no es una prueba clínica, es una prueba de diagnóstico de salud pública", dijo Mina.

El testeo rápido en amplia escala tiene el apoyo de universidades y sistemas escolares que han utilizado el método para seguir abiertos durante las olas más recientes de la pandemia. Y sus partidarios señalan los éxitos aparentes como el de Eslovaquia, una pequeña nación europea donde bajaron los contagios después de testear a dos tercios de su población de 5 millones.