Así perdió el Partido Republicano su voz en cuanto a política exterior

Durante décadas, el senador Lindsey Graham viajó por el mundo con su amigo John McCain, visitaron zonas de guerra y se reunieron con aliados y adversarios extranjeros, antes de regresar a casa para promover el evangelio republicano de una política exterior internacionalista y extremista.

Sin embargo, en esta semana, después que el presidente Biden anunció que sacaría a las tropas de Afganistán a más tardar el 11 de septiembre, Graham subió al podio en la galería de prensa del Senado y dio indicios de que al propagar el mensaje del partido se sentía un poco solo.

“Extraño mucho a John McCain pero tal vez no tanto como el día de hoy”, dijo Graham.

McCain, quien fue prisionero de guerra en Vietnam, de muchas maneras personificó un distinto punto de vista republicano sobre el mundo: un compromiso con el internacionalismo --- y la confrontación cuando fuera necesario --- que derivó de la Guerra Fría y soportó las presidencias de Ronald Reagan y George H.W. Bush, antes de evolucionar después de los ataques del 11 de septiembre para hacerse cargo de la amenaza de terrorismo global.

Luego, llegó Donald J. Trump, quien hizo campaña y prometió poner primero a Estados Unidos, un lema aislacionista que resonó en una nación cansada de guerras interminables.

Ahora, sin tener el poder de Washington, los republicanos se han separado en diferentes facciones, teniendo pocas figuras que podrían tomar el liderazgo. En el Senado, los legisladores que construyeron una reputación como líderes de la política exterior --- como McCain y los senadores Richard Lugar y John Warner --- ya no están.

Aunque las posibilidades de que los republicanos consigan una completa restauración de la plataforma tradicional del partido parecen reducidas, particularmente si Trump sigue ejerciendo su poder político entre su base.