Diario
{{ post.cabeza }}
{{ post.sumario }}
Estados Unidos
viernes, 01 mayo 2020 | 20:43
El Remdesivir, un medicamento antiviral diseñado para tratar la hepatitis y un virus respiratorio común, parecía destinado a unirse a miles de otros fallidos medicamentos después de demostrar que no era útil para esas enfermedades.
El medicamento fue consignado al montón de restos farmacéuticos, olvidados por los científicos que en algún momento los defendieron.
La historia del rescate y transformación del Remdesivir da testimonio del poderoso papel que jugó el financiamiento federal, que permitió que los científicos laboraran en la oscuridad para realizar una investigación básica sin los obvios beneficios financieros.
Esa investigación dependió mayormente de los subsidios gubernamentales.
El Dr. Mark Denison de la Universidad Vanderbilt es uno de los integrantes de un grupo de investigadores que descubrieron el potencial que tiene el REmdesivir.
Empezó estudiando los coronavirus hace un cuarto de siglo, una época en la que pocos científicos se interesaban en ellos --- los que infectan a los humanos provocan resfríos y los científicos sólo querían saber cómo funcionaban, relató.
“Ahora estamos interesados desde la perspectiva biológica”, recordó el Dr. Denison. “Nadie estaba interesado desde la perspectiva terapéutica”.
Ni él ni otros grupos de científicos interesados en los coronavirus pudieron prever que uno nuevo podría desatar una pandemia que ha matado a casi un cuarto de millón de personas en todo el mundo.
La Administración de Alimentos y Medicamentos se apresuró a aprobar el REmdesivir bajo provisiones de uso de emergencia, después que una investigación federal demostró una modesta mejoría en pacientes gravemente enfermos.
Esa investigación, que fue patrocinada por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, incluyó más de 1 mil pacientes hospitalizados y detectó que los que tomaron Remdesivir se recuperaron más rápido que los que recibieron un placebo: en 11 días contra 15 días.
Sin embargo, el medicamento no ha reducido significativamente el índice de mortandad.