Estados Unidos

Abusaba sexualmente de adolescentes y una de sus víctimas lo mató

Randy Volar tenía 33 años cuando conoció a Chrystul Kizer de 16

El Diario de Juárez

miércoles, 18 diciembre 2019 | 12:34

Cuando Chrystul Kizer tenía 16 años, conoció a un hombre de 33 llamado Randy Volar.

Volar abusó sexualmente de Chrystul varias veces, incluso lo filmó, publicó The Washington Post

Ella no fue la única, y en febrero de 2018, la policía arrestó a Volar por cargos que incluían agresión sexual contra menores. Pero luego, fue liberado sin que pagara una fianza.

Volar, un hombre anglosajón, permaneció libre durante tres meses, incluso después de que la Policía descubriera evidencia de que estaba abusando de una docena de menores afroamericanas.

Permaneció libre hasta que Chrystul, quien entonces tenía 17 años, fue a su casa una noche de junio y supuestamente le disparó en la cabeza, dos veces. Ella luego encendió el cuerpo, según la Policía, y huyó en su automóvil.

Unos días después, ella confesó. El fiscal de distrito, Michael Graveley, acusó a Chrystul de incendio y homicidio premeditado en primer grado, un delito que conlleva una sentencia de cadena perpetua en Wisconsin.

Graveley argumenta que la evidencia apunta a que Chrystul planeó asesinar a Volar para poder robar su BMW.

Chrystul, ahora de 19 años, sostiene que se estaba defendiendo. Hablando públicamente desde la cárcel por primera vez, dijo que cuando le dijo a Volar que no quería tener sexo esa noche, él la sometió contra el suelo.

Su caso sale a luz en un momento en que la policía y los fiscales de todo el país están reevaluando cómo deben tratar a víctimas de tráfico sexual. Este año, Tennessee liberó a Cyntoia Brown, cuya historia se tornó viral en medio del movimiento #MeToo. Fue a prisión a los 16 años y cumplió una sentencia de 15 años por matar a un hombre que la compró para tener relaciones sexuales con ella.

La historia de Brown, junto con la caída del financiero Jeffrey Epstein y el cantante R. Kelly, revela la realidad del tráfico sexual de menores en Estados Unidos: en su mayoría se trata de víctimas vulnerables, que no fueron secuestradas ni privadas de su libertad ni contrabandeadas a través de fronteras estatales o internacionales, sino indoctrinadas por alguien de confianza y manipuladas para creer que ellas son las culpables del abuso.

Según la ley federal, todos los menores que son comprados o vendidos para fines sexuales son víctimas del tráfico humano, independientemente de las circunstancias. Treinta estados y el Distrito de Columbia han dejado de acusar a menores de prostitución.

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