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Estado

Crónica

Vivir entre los muertos ... el trabajo forense

Personal del Semefo levanta cuerpos y lleva a cabo de tres a 8 necropsias por día; su labor contribuye a identificar personas que han fallecido en situación de calle, o a quienes han sido víctimas de homicidio o feminicidio

Alejandra Sánchez / El Diario de Chihuahua

martes, 09 abril 2024 | 11:45

El Diario de Chihuahua | Previo a cualquier proceso, los participantes deben colocarse cubrebocas, cubrezapatos, overol, guantes y lentes, para evitar el contagio de alguna enfermedad El Diario de Chihuahua | Previo a cualquier proceso, los participantes deben colocarse cubrebocas, cubrezapatos, overol, guantes y lentes, para evitar el contagio de alguna enfermedad

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Chihuahua— Vivir entre los muertos… Así es el trabajo que realiza todos los días el equipo de Servicios Periciales y Ciencias Forenses (SEMEFO), quienes levantan cuerpos y llevan a cabo de tres a ocho necropsias diarias y quienes contribuyen con la identificación de personas que están en situación de calle o que han sido víctimas de homicidio o feminicidio. 

Al llegar a este lugar todo parece tranquilo, en dicho sitio hay varias oficinas con escritorios y computadoras, así como lo están en otras instancias gubernamentales. Y es que, en realidad, todo ocurre en la sala general del “Anfiteatro”, sitio en donde son realizadas las necropsias de ley y en donde hay cuatro planchas y varias herramientas que permiten realizar la labor.

Antes de ingresar “al lugar de los muertos”, se percibe un olor peculiar, fuerte y potente, algo como a putrefacto; pero el personal de ahí, ya está acostumbrado, tan es así que, Gerardo Sosa quien recibe las llamadas del 911 y envía a recoger los cuerpos, hace su trabajo mientras disfruta de una rebanada de pastel. 

“Yo aquí recibo las llamadas del 911 y doy la instrucción de que vayan y levanten los cadáveres. Tengo ya siete años haciendo esto; y bueno, los cuerpos que recogemos son principalmente en hospitales, en casas o bien cuando se trata de un homicidio”, explicó. 

El momento de presenciar la necropsia llegó, en esta ocasión estuvo a cargo de la doctora Érika Chávez, quien porta un uniforme quirúrgico en color rosa fiusha y unos tenis blancos.

“¿Vamos?”, externó la doctora quien dio acceso a este medio de comunicación, junto con Javier Sánchez Herrera, director de Servicios Periciales y Ciencias Forenses con la intención de conocer todo el trabajo de investigación que hacen de manera cotidiana. 

Los olores cada vez son más fuertes, sobre todo cuando no se está acostumbrada a ellos. Previo a la necropsia, el equipo de limpieza se asegura de que todo este reluciente y desinfectado para no contaminar el área. 

Lo primero que hay que hacer es colocarse un equipo especial conformado por cubrebocas, cubrezapatos, un overol, guantes y lentes.

En esta ocasión se le hizo el proceso de necropsia a un hombre que murió en la avenida Juan Escutia, frente al número 1902 de la colonia Chihuahua.

Las autoridades reportaron que aparentemente había fallecido a causa de una sobredosis; sin embargo, justo por eso, el personal de Semefo abrió el cuerpo para examinar cada una de su partes y corroborar o no tal información. 

SIEC/375/2024/19, ese es el “nombre” que le fue asignado a este individuo; pues de acuerdo con el testimonio de la doctora, a cada uno de los ingresos se les pone un número y este no se modifica hasta que quede oficialmente identificado.

De primer momento, fue impresionante ver a la persona acostada sobre la plancha dentro de una bolsa de tela color negro con un zipper, el cual fue abierto por el equipo de trabajo que llevó a cabo el proce

so.  Al “destaparlo”, había un hombre de más de 55 años… él traía una chamarra negra y un pantalón del mismo color; además portaba una camisa blanca, un suéter guinda y  un cinturón negro con chaquira naranja, amarilla y azul. 

La ropa fue colocada sobre un plástico blanco como evidencia; eso, junto con unas monedas de un peso, de cinco y de diez que este traía consigo. 

El cuerpo desnudo fue lavado con una manguera y con un poco de jabón limpiador blanco, esto con la intención de tomarle fotografías dignas al cadáver y en caso de ser necesario, mostrarlas a sus familiares.  

“Aquí cuidamos mucho que los seres queridos de las personas que llegan hasta aquí, las vean bien al momento de su identificación; queremos que todo se haga de forma correcta y empática”, dijo César Hernández Quintana, prodisector de la Fiscalía General del Estado (FGE). 

En el “anfiteatro”, había alrededor de ocho personas, entre antropólogos, médicos, odontólogos, peritos y practicantes. 

La doctora Érika Chávez, junto con su equipo multidisciplinario, comenzaron a abrir el cuerpo e hicieron una especie de “Y”, que iba desde las clavículas hasta el abdomen. 

El cadáver aún estaba fresco, ya que sólo tenía un día de haber sido localizado… la piel se veía un poco amarilla. Lo primero que hicieron fue cortar las costillas para poder revisar todos los órganos a detalle. “Las costillas son muy débiles, por eso, cuando alguien sufre algún accidente vial o alguna caída tiende a rompérselas”, refirió Hernández Quintana, mientras se escuchaba el crujido de los huesos. 

“Mira, acércate”, dijo la doctora quien revisaba los pulmones del occiso; mismos que tenían un color negro debido al tabaco que el difunto consumió en vida. 

Es importante que todos los que participan en la necropsia lo hagan de forma cuidadosa, ya que la persona podría tener alguna enfermedad y en caso de pincharse o tener contacto con la sangre, podrían contagiarse, explicó la doctora. 

Con una sierra, cortó una parte de la cabeza, levantó la mitad de la cara y posteriormente trozó una parte del hueso del cráneo para poder analizar más a fondo el cerebro, el cual en este caso en particular, tenía tonalidades un poco blancas y presentaba un edema. 

En otros órganos, como en el riñón, fueron encontrados coágulos de sangre, así como en la vejiga; además de varios quistes renales. 

Tras revisar el cuerpo a fondo y al final de la necropsia, la cual duró cerca de dos horas, Érika Chávez y sus colaboradores determinaron que la causa de muerte oficial fue: insuficiencia respiratoria aguda y trombo embolia cardiopulmonar. 

Una vez que se conoce el por qué del fallecimiento, todos los órganos son regresados a su lugar; incluido el cerebro y la piel del rostro. 

Casi para terminar, uno de los integrantes del equipo cosió con un hilo amarillo la “Y” que fue realizada en un inicio y entre todos metieron el cuerpo desnudo a una bolsa negra, para luego ser depositado en los congeladores en donde están otros tantos cadáveres que no han sido identificados o reclamados. 

Al finalizar, es importante quitarse el cubrebocas, el cubrezapatos, el overol y los guantes y depositarlos en la basura. Aunque se utiliza equipo de protección, el olor se queda impregnado en la ropa, en el cabello y en la piel por lo que es importante tomar un baño y lavar las prendas lo más pronto posible. 

Es así, como se vive una necropsia y cómo todas las personas involucradas entregan y dan todo de sí para que todo salga de la forma correcta.

Para la doctora Érika Chávez, quien tiene ya tres años en el área de medicina legal y forense, realizar esta labor es de suma importancia y algo muy gratificante debido a que ellos colaboran de alguna manera, en tratar de que un crimen sea resuelto; dictaminan la causa de muerte y hacen la entrega oportuna de los cuerpos. 

REHIDRATACIÓN DE

 HUELLAS DACTILARES  

Una de las partes importantes durante la necropsia, es tomar las huellas dactilares ya que esto permite que la identificación de la persona sea más fácil; sin embargo, hay ocasiones en los que los cuerpos están sumamente descompuestos o que están calcinados por lo que es imposible tenerlas. 

Cuando esto ocurre, es fundamental la rehidratación de las huellas dactilares, un proceso que consiste en la inmersión de la piel en una fórmula creada y que después de un periodo de 6 a 8  días, las muestras cadavéricas en estado de putrefacción vuelven a un estado donde se puede reconocer tatuajes, lunares y lesiones. 

César Hernández es quien realiza este trabajo y para él, esta es una oportunidad de ayudar a la procuración de justicia en la identificación de cadáveres mediante la aplicación de técnicas y equipo, para la obtención de huellas dactilares. 

“En mi caso en particular, es una satisfacción enorme el poder ayudar a la sociedad a la identificación a través de las huellas dactilares”, externó el prodisector. 

TODO ESTÁ EN LA

 BASE DE DATOS 

Silvia Paola Paz Cano, prodisectora del área Identificación Humana, refirió que toda la información que recaba todo el equipo multidisciplinario se queda en una base de datos. 

“En esta unidad, nosotros manejamos el archivo básico, es decir, que creamos archivo básico a todos los cuerpos que tenemos aquí depositados y no identificados; nuestro trabajo es subir y recolectar toda la información de ellos que fue recabada por todo el equipo multidisciplinario. 

Según Paz Cano, estos datos son subidos a una base de datos que se tiene a nivel nacional llamada AM/PM, la cual ayuda a dar con las familias de los difuntos. 

La Base de Datos AM/PM es una herramienta informática para gestionar información sobre personas desaparecidas y restos humanos, las circunstancias que rodean la desaparición de personas y la recuperación de los cuerpos o restos humanos, así como los lugares donde se les encuentra.

Para esta prodisectora, el trabajar en esta unidad es muy interesante y muy importante ya que al igual que sus compañeros, siente que es ayudar de alguna manera a que los cuerpos sean entregados a sus seres queridos. 

“En esta área manejamos mucha información y vemos muchos temas que son delicados y reservados; pero es muy interesante y muy gratificante cuando una hace su trabajo con gusto ya que eso es muy favorable”. 

HAN INHUMADO 51 CUERPOS EN ESTE AÑO EN LA CAPITAL

El siete de marzo de este año, la Dirección de Servicios Periciales y Ciencias Forenses (SEMEFO), dio sepultura a 51 cuerpos que no fueron reclamados (50 hombres y una mujer), desde el 2015, el 2017, el 2019, el 2020 y el 2021. La inhumación fue realizada la mañana de ayer en el Panteón de Carrizalillo, el cual está al sur de la ciudad. 

De acuerdo con Javier Sánchez Herrera, director del área de Semefo, la mayoría de los cadáveres estaban en abandono social y pertenecían a diversos municipios que comprenden la Zona Centro del Estado. 

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