Estado

Vive con síntomas del Covid-19... sin ser diagnosticada

Cynthia ha sufrido 'bullying' y pide a la gente tomar conciencia sobre esta enfermedad

Jaime Armendáriz
El Diario de Chihuahua

martes, 07 abril 2020 | 10:42

Chihuahua— Cynthia es una habitante de Ciudad Juárez que ha sufrido en carne propia los síntomas del Covid-19, pero la falta de pruebas en el IMSS de esa ciudad no permitieron ser diagnosticada ni integrada en el cómputo oficial de la autoridad sobre casos del coronavirus. 

Aunque no tiene certeza de dónde pudo haberse contagiado, su asistencia el 9 de marzo a un concierto en El Paso, Texas, coincide con los incrementos que tuvo el virus en esa ciudad norteamericana y en Juárez. Dieciséis días después del evento musical, Cynthia comenzó con tos, dolor de cabeza y dolor de articulaciones. Luego fue empeorando hasta tener dolor en todo el cuerpo, ardor en los pulmones, calambres en piernas y brazos, y complicaciones respiratorias. 

El 25 de marzo acudió a su clínica, la número 46 del Seguro Social, y le pusieron una inyección por infección respiratoria. Al día siguiente acudió a consulta y en cuanto el médico escuchó los síntomas y le revisó los pulmones le pidió aislarse. 

Le recetaron paracetamol, le dieron dos respiradores y unas inyecciones. Además el médico le dio su número celular para darle seguimiento. Para el día 27 parecía que los síntomas comenzaban a desaparecer, pero por la noche tuvo ardor de pulmones, sufrió dolores musculares que le impedían moverse y cansancio generalizado. Después de informarle al médico de la situación, éste le dijo que todo era parte del virus, pero a la fecha no tiene un diagnóstico oficial de Covid-19 y está en etapa de observación aún en su casa. 

Su caso lo dio a conocer a familiares y amigos por redes sociales. En entrevista con El Diario, Cynthia solicitó reservar sus demás datos y resguardar su imagen por los ataques que ya ha recibido. 

Después de varios días de mejoría tuvo una recaída con cerrazón de garganta, y hoy en día parece que ha ido evolucionando correctamente. 

“Sigo con mucho cansancio y ya no respiro igual que antes. Los dolores de cabeza son intensos, no como migraña, pero son muy fuertes y como por partes”, relató. 

Al calvario de los problemas de salud se le agregó el calvario de estar aislada y no poder hacer los trámites para incapacitarse de su trabajo como supervisora de una empresa de limpieza, que brinda servicio a plazas comerciales en la frontera, o para poder comprar comida. 

Justo una de sus preocupaciones es de sus propios compañeros, a los que ha alertado de su condición, pero se mantienen en sus jornadas laborales.

De la incapacidad nadie le dio una orientación o respuesta para poderla cobrar sin tener que salir de su casa. 

Como pudo se cubrió cara y manos y acudió al banco para toparse con la cruda realidad de recibir 900 pesos por los 14 días aproximados de su cuarentena obligada. 

Al propio gobernador Javier Corral le presentó su caso por un chat de Facebook. La respuesta de la cuenta oficial del mandatario fue que se comunicara al 911, a Atención Ciudadana y a asesoría laboral para ver su caso, sin darle ningún otro apoyo. 

A todo eso se le sumó la discriminación de varias personas, que sabiendo de sus padecimientos, comenzaron a hacerle bromas sin entender que el contacto que tuvieron días antes pudiera representarles un contagio y la propagación del virus. 

“Las bromas y comentarios afectan. Uno llega a caer en depresión. Hay niños que pasan por la casa y me gritan ‘coronavirus’ y es muy fuerte”, dijo Cynthia. 

Por el momento parece que su salud va en mejora, pero todavía no es dada de alta. En este sentido pide a la comunidad tomar conciencia. 

“Ya no me han ardido los pulmones, pero me quedó el cansancio y la respiración no es la misma. Yo quiero que la gente tome conciencia porque veo que la gente sigue haciendo fiestas, pero de esto nadie está exento”, subrayó.

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