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Estado

Accidente en Villa Ahumada

Video: ‘Fue una segunda oportunidad de vida la que se me dio’

José Gardea, que no fue a trabajar por un falla en su vehículo, dijo que el tráiler pegó exactamente en el lugar que él ocupa

Hérika Martínez Prado
El Diario de Juárez

jueves, 08 septiembre 2022 | 14:58

Tomada del video | José Gardea

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Ciudad Ahumada— José Gardea tiene 53 años de edad, 24 de ellos vendiendo quesadillas en la Unión de Vendedores Benito Juárez en el poblado de Ahumada, en donde ayer entraría a trabajar a las 3:00 de la tarde, pero no fue porque se le descompuso el carro en el que hoy tendría que traer a su hija a Ciudad Juárez a la universidad.

Conmovido, el hombre narró esta tarde que el tráiler que volcó la tarde de ayer sobre el paradero lo hizo justo en donde estaba su carrito de quesadillas.

“Fue una segunda oportunidad de vida la que se me dio. Mi vehículo andaba fallento y por eso no vine. Salí a buscar una herramienta para el arreglo de mi vehículo y cuando regresé salió mi esposa luego luego corriendo: oye, qué pasó una tragedia ahí en la central. Y salió mi hija también: que se metió un trailer, papá, ve a ver. Y vine. A mi esposa le hablaron por teléfono”, relató.

Dijo que al llegar encontró “puras cosas feas: destrozo y gente llorando y pues gente tirada, ya gente fallecida, desgraciadamente”.

“Exactamente ahí (en dónde estaba su carro) pegó el trailer, y si yo hubiera estado aquí pues yo creo que no hubiera podido estar platicando con ustedes, no, no estuviera aquí.... le damos gracias a Dios”, dijo entre lágrimas el padre de dos hijos.

Debido a que era miércoles no había tantos comensales, pero sí había clientes comiendo, de acuerdo con lo que le platicaron sus compañeros.

Gardea lamentó la muerte de los cuatro trabajadores que perdieron la vida, además de un hombre de Veracruz quien hacía dos semanas había llegado a Ahumada a vender chapulines y charales, y con quien había creado una amistad, aunque nunca le preguntó su nombre. 

“Somos muy unidos y pues la mayoría sí tenía años aquí trabajando, excepto el chavo que vendía chapulines y charales”, comentó el vendedor convencido de que los milagros existen y que Dios le dio una segunda oportunidad de vida.

El trabajador también pidió mayor seguridad en las entradas al poblado y acciones para que los vehículos que van de paso no circulen por sus calles a alta velocidad.

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