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Estado

Caso zacatecanos

Ven involucramiento de ministeriales y CES

Familias recibieron mensajes al respecto en la semana después de la desaparición

Salud Ochoa
El Diario de Chihuahua

jueves, 31 diciembre 2020 | 06:00

Cortesía | Última foto de los vendedores en la sierra

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Chihuahua— “Busque apoyo con los soldados si quiere que salgan de aquí”, decía uno de los mensajes que las familias de Javier Muñoz, Juan Antonio Martínez y Rubén Flores recibieron en el lapso de una semana posterior a su desaparición en octubre de 2019. En esos textos –comentaron los familiares de las víctimas– había señalamientos directos sobre la relación que el gobierno de Chihuahua, la Comisión Estatal de Seguridad y la Policía ministerial tenían con los grupos del narcotráfico que operan en la región serrana y cómo los elementos policiacos avisaban de inmediato a los delincuentes todo lo que ocurría a cambio de un pago.

Por eso, según la lógica de los emisores del mensaje, era necesario que los familiares buscaran a las fuerzas castrenses, ya que sólo ellos podrían ayudarles debido a que los elementos de seguridad del estado destacamentados tanto en Urique (donde desaparecieron) como en Témoris (donde presuntamente los habrían llevado), tenían nexos con la delincuencia.

En dichas misivas se indica que los policías estuvieron en Bahuichivo –lugar donde las víctimas desayunaron en el restaurante Rayenali– y no sólo dieron cuenta de la presencia de los sicarios sino hasta intercambiaron saludos con ellos.

De igual manera se habla de que los hombres habrían sido trasladados a un sitio llamado “Cruz de Piedra”, mientras que la camioneta en la que viajaban se quedó en una bodega en el poblado de San Rafael, tal cual se asienta en el reporte con número de caso 65 2019 0000069, que primero se hizo ante la Fiscalía de Zacatecas y posteriormente fue ratificado ante el fiscal Francisco González Arredondo en la Fiscalía de Chihuahua.

La desaparición de las tres víctimas dio pie también a los intentos de extorsión desde números diversos, que ya no se ubicaban en la sierra de Chihuahua y a través de los cuales se pedía dinero a las familias, para que los hombres regresaran con vida.

Los extorsionadores nunca enviaron una prueba de que estuvieran cerca de los ahora desaparecidos, sin embargo presionaron de manera reiterada a los allegados a reunir dinero, bajo amenaza de que al no hacerlo la vida de Javier, Antonio y Rubén estaba en riesgo.

“Última vez que intento comunicarme con ustedes. Quiero 200 mil pesos. No hay negociaciones si se influirá (SIC) la policía ya no se liberará”, escribió el extorsionador para posteriormente insistir “si me da una parte yo trato de sacarle una foto o un audio, entienda que no lo tengo conmigo…aquí van a durar como mucho una semana”, dice el personaje extorsionador de nombre desde un perfil con el nombre de “Pedro”.

En este sentido, tanto la familia de Javier Muñoz como de Rubén Flores, coinciden en que la autoridad investigadora no dio seguimiento a los referidos mensajes, ni a los primeros que involucraban directamente a los cuerpos policiacos ni a los segundos que pedían dinero a cambio de información de las víctimas.

El 25 de octubre de 2019, a las 11:10 de la mañana, Javier Muñoz Pérez tomó una fotografía donde se veía trabajando en la venta de cobijas en la zona serrana de Chihuahua. Fue quizá una de las últimas imágenes que la familia tuvo de él y sus compañeros.

sochoa@diarioch.com.mx

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