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Estado

Para que declararan contra duartistas

Presionaron a más de 100 testigos

La defensa desistió de presentar a seis testigos y sólo subió al estrado a quien era subordinado jerárquico y además amigo del acusado

Heriberto Barrientos
El Diario

domingo, 27 noviembre 2022 | 09:13

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Chihuahua— Más de 100 testigos con identidad reservada fueron citados en el gobierno de Javier Corral –durante los años 2016 a 2021– en la Casa de Gobierno ubicada en la avenida Zarco y calle 24,

Hasta anoche continuaba la audiencia de vinculación a proceso por tortura contra el exfiscal

donde fueron presionados para que denunciaran a exfuncionarios duartistas así como a empresarios, y donde algunos pasaron a ser acusados por actos de corrupción.

Lo anterior, según reveló un agente del Ministerio Público adscrito a la Unidad de Análisis Financiero de la Fiscalía General del Estado (FGE), quien ese tiempo laboró como supervisor de la unidad especializada de los llamados “Expedientes X”, y en la cual trabajaban 45 personas entre peritos, analistas, ministerios públicos y demás personal, desde donde se operó la llamada “Operación Justicia para Chihuahua”.

Chihuahua— Dicha unidad especializada estuvo encabezada por el exfiscal general César Augusto Peniche Espejel, pero también por el exfiscal de Derechos Humanos, Francisco “Paquito” G. A., quien ayer compareció de nuevo ante la jueza de Control Hortensia García Rodríguez, en la audiencia de vinculación a proceso en su contra por el delito de tortura.

La audiencia dentro de la causa penal número 3776/2022, celebrada en las salas penales del Centro de Justicia, inició este sábado pasadas las 11 de la mañana con varios recesos, y hasta antes del cierre de esta edición continuaba.

La defensa de “Paquito” estuvo encabezada por el abogado Iker Xavier Ibarreche Pereda, quien sorpresivamente se desistió de presentar como elementos de prueba, las declaraciones de seis testigos con identidad reservada que estaban programados para ser escuchados.

Finalmente en la audiencia de ayer sólo un testimonio fue presentado a favor del acusado, siendo éste el de un subordinado jerárquico de “Paquito”, quien aceptó ante la jueza que tenía una relación de amistad con él, por lo que su declaración perdió legitimidad.

El agente del Ministerio Público identificado como Javier Andrés Flores Romero narró que él trabajó supervisando directamente la integración de más de 160 carpetas de investigación en los llamados “Expedientes X”.

El servidor público con voz pausada reveló cómo fue el procedimiento para recibir a más de 100 testigos con identidad reservada, durante los años 2016-2021 en la Casa de Gobierno.

Flores Romero afirmó que siempre dieron un trato “amable y respetuoso” a los testigos o acusados, incluso les brindaban atención psicológica a aquellos que entraban en crisis, citando el caso del ex secretario general adjunto del CEN del PRI, Alejandro Gutiérrez Gutiérrez alias “La Coneja”.

Reveló que fue un grupo de 45 personas quienes trabajaron en la unidad especializada de los llamados “Expedientes X”, donde se habrían integrado alrededor de 160 carpetas de investigación.

Antes de tomar su declaración, la fiscal acusó al testigo Flores Romero de que “era también un agresor” de las víctimas dentro de la investigación, por lo que a pesar de ser agente activo del MP, se le concedió un abogado defensor de oficio de nombre Jesús Samuel, pero éste respondió confiado, “yo no lo necesito”.

Y entonces declaró ante la juez: “En relación al trato de los testigos, me tocó estar directamente en contacto con ellos, me tocaba convocarlos, hasta orientarlos psicológicamente”.

—¿Cómo era el trato hacia los

testigos?,

le preguntó el defensor. “Siempre era un trato muy profesional, siempre se buscó que las personas que estuvieran colaborando dentro de las investigaciones se sintieran tranquilas, este tipo de casos de corrupción eran muy mediáticos y ellos decían que se sentían presionados, estaban muy intranquilos.

“Incluso algunos nombres de claves de identidad aparecían en los medios de comunicación, y una de las actividades realizadas por nosotros era utilizar números largos en clave para minimizar el impacto mediático, para no mencionarlos reiteradamente. Muchos de estos testigos ocupaban cargos públicos”.

—¿Cómo era la dinámica de atención una vez que llegaban los testigos?

“Tuvimos dos momentos de trabajo, el primero cuando no teníamos instalaciones y estábamos en las oficinas del C-4, eran pequeñas, no cabíamos ahí, pero luego el entonces fiscal general César Peniche comentó que la Casa de Gobierno no se estaba utilizando y esas instalaciones se podrían utilizar para esta área.

“Cuando llegaba un testigo se le abría un portón, llegaban en su vehículo particular, el guardia les abría, entraban al estacionamiento y los pasábamos a alguna de las habitaciones de la Casa de Gobierno que en un momento dado conformaban las oficinas… los muchachos tomaban las declaraciones ahí.

“Bueno generalmente, en esos momentos había mucho trabajo qué hacer, se pedían oficios, documentación, se declaraban testigos. A veces establecíamos una línea crítica en la obtención de la información.

“Muchas veces ellos (los testigos) aportaban información de cómo se hizo un desvío de recursos porque la intención era que ese dinero fuera a parar a manos de ciertas personas”.

—¿Cuánto duraban esas declaraciones?

“Era muy variable, a veces era mucha la información que los testigos aportaban y a veces les fallaba la memoria.

“Siempre se les acompañaba al baño (aceptó que no los dejaban solos en ningún momento), ellos se regresaban, hacían sus necesidades fisiológicas, ¿qué caso tendría evitar que ellos fueran a sus necesidades físicas, sería un despropósito?”, expresó el testigo de la defensa, quien afirmaba contrario a los denunciantes, que siempre dieron un trato amable y respetuoso a los testigos que declaraban.

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