Estado

‘Nunca volveré’

Caso LeBaron rompe con la ilusión de que las víctimas estaban protegidas de la creciente violencia en el país por su ciudadanía estadounidense, publicó The Wall Street Journal

El Diario de Juárez

martes, 12 noviembre 2019 | 13:33

The Wall Street Journal | Cole Langford (derecha) en Bavispe, donde su madre y otros fueron asesinados la semana pasada en una masacre

La Mora, municipio de Bavispe, Sonora— Cole Langford cantaba suavemente la balada favorita de su madre mientras se preparaba para firmar su certificado de defunción en una oficina gubernamental en el estado de Sonora, al norte de México.

Su madre, Dawna Ray Langford, fue una de las tres mujeres asesinadas junto con seis niños por presuntos sicarios del cártel en un ataque la semana pasada que ahora amenaza el futuro de esta comunidad mormona separatista y ha tensado las relaciones con Estados Unidos, publicó The Wall Street Journal.

Al día siguiente, el sábado, Langford y unos 50 residentes de esta comunidad, de unas 200 personas, fundada hace más de siete décadas empacaron sus pertenencias en un convoy de aproximadamente 13 camionetas y cruzaron la frontera hacia Tucson, Arizona, donde otros niños pertenecientes a las familias se están recuperando de las heridas de bala sufridas en el ataque.

“Nunca volveré”, dijo Langford, de 20 años, quien también perdió a dos hermanos pequeños. “El hogar es donde está el corazón, y me lo quitaron”.

El ataque hizo añicos la sensación de idilio que existía en esta comunidad remota de casas estilo rancho americano, donde durante generaciones la vida continuó en gran medida sin cambios, incluso en la última década, cuando una marea creciente de violencia relacionada con el narcotráfico en México cobraba las vidas de unas 200 mil personas, según cifras arrojadas por el gobierno.

También rompió la ilusión de que la ciudadanía estadounidense de las familias las protegía de la violencia. Ellos creen que fueron puestos en la mira por los sicarios, y dudan de la versión del gobierno de los hechos de que los atacantes confundieron sus camionetas con los de una pandilla rival. Pero sin importarles cuál sea la verdad, quedarse significa arriesgar más sus vidas.

La mayoría de las personas que dejaron la comunidad este fin de semana no regresarán, dijo Langford. “Uno tras otro, decidieron irse”, dijo en una llamada telefónica desde Arizona.

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