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Estado

Entrevista exclusiva

‘No puedo perdonar a Corral, pero no lo odio’

Es tanta la tristeza en la que te sumes que cuando me avisaron que me iría a casa sentí un gran vacío: Antonio Tarín

Salud Ochoa
El Diario

sábado, 19 febrero 2022 | 08:17

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Chihuahua— Tras más de cuatro años de vivir sin esperanza alguna, el pasado diciembre de 2021 Antonio Enrique Tarín García, de 36 años de edad, fue informado del beneficio del resguardo domiciliario obtenido para cuatro de las doce causas penales que lo llevaron a un proceso. Sin embargo, lo que debería haber sido motivo de alegría, según sus palabras, sólo le generó un gran vacío.

“Sentí un vacío cuando me avisaron. Cuatro años de no tener ninguna esperanza. Cuando no esperas nunca nada, te dicen vas para tu casa. Me quedé inmóvil, sentado y al momento en que el policía procesal me dijo que lo acompañara, las cosas cambiaron, ya no me pusieron las esposas. Bajé y los procesales dijeron ‘licenciado, por fin, póngase contento’. No lo dimensioné”, recuerda.

“Hay un sentimiento de impotencia de principio a fin, de irrealidad”

“Llegué a mi casa y busco palabras para resumir, pero no las encuentro. Hay un vacío. Es tanta la tristeza en la que te sumes y tan pocos los momentos de felicidad los que vives, que cuando fue el gran momento de la felicidad no sé si ya lo desconocía, pero estaba vacío. La readaptación a mi hogar, venir a sentirme el extraño en mi casa es fuerte, ha sido muy difícil no poder dormir durante muchos días; de dormir en piedra a dormir en lo que sea que está un poco más confortable es difícil la readaptación del cuerpo, el bañarte, verte al espejo y verte de otro color”, dice.

La tristeza que se nota en su mirada por momentos obedece al recuerdo de lo ocurrido, mismo que le gustaría poder bloquear para dejar atrás todo lo vivido. Sabe que en algún momento deberá buscar ayuda profesional para recuperarse emocionalmente, aunque primero hay que atender la situación jurídica.

“Recordar me entristece, pero tengo que luchar por mi familia, por la maravillosa esposa, por la hermosa hija que me ha dado, los grandes padres que siempre estuvieron a mi lado y mis hermanos inquebrantables. Provengo de una familia muy trabajadora, de un hombre respetable que durante más de 55 años ha tenido un comercio en Parral que lo único que nos enseñó fue a trabajar y ser hombres de bien”, dice.

Continúa: “La manera en la que trataron de dinamitar mi apellido, mi nombre, mi integridad como persona eso es lo que me duele, pero tengo que luchar para que llegue el momento y decirles ‘padres, no les fallé; hija este no es el padre que todo mundo dice’”.

“En su momento tendré que buscar ayuda profesional, por ahora no puedo salir de mi casa. Es difícil, quisiera establecer un bloqueo mental y no acordarme de nada. Me duele mucho acordarme. Vives perseguido, en un estado de alerta, no puedes dejar de estar alerta ante cualquier movimiento. Hay temor de que pudieran venir, tocan la puerta y sientes temor. Lo vivo yo y también mis familiares. Cuando estaba en el Cereso ellos pensaban que en cualquier momento vendrían por ellos, porque esa era la amenaza”.

En cuanto al futuro, el día a día es lo que busca vivir, ser feliz y sentirse vivo, ya que durante años no pudo hacerlo. Hoy día se levanta temprano para convivir con su esposa e hija, jugar con ella, porque tener un rostro agradable frente a sí, o una risa infantil compartiendo la mesa, no tiene precio.

“Sólo quiero ser feliz con mi familia, en eso estoy, viviendo el día a día, es lo que tengo ahorita. Por supuesto que veo mis casos, los atiendo y llegará el momento procesal jurídico oportuno en el que se declarará mi inocencia, pero no puedo establecer un futuro más allá de querer vivir el momento con mi familia, abrazarlos, besarlos, sentirme vivo, sentirme feliz porque durante cuatro años, siete meses y 13 días no me sentí vivo, no estaba vivo, y hoy quiero sentirme así”, cuenta.

‘Las instituciones se encargarán de Javier Corral’

La actuación de Javier Corral, dice Tarín, resulta inexplicable debido a la irracionalidad y odio que mostró hacia su persona en particular y, aunque no lo perdona, tampoco le desea que viva lo mismo, pero sí confía en que las instituciones hagan lo que les corresponde.

“Yo no lo puedo perdonar, pero no lo odio. Yo no le deseo lo vivido ni a mi peor enemigo, ni siquiera a Javier Corral porque lo que hizo fue inhumano, pero a cada acción hay una reacción y él tendrá que responder a lo que hizo. Eso no lo va a decidir Antonio Tarín, yo confío en las instituciones. Cuando me detuvieron lo dije ante los reporteros: no sé qué está pasando, pero soy un hombre de instituciones, creo en ellas y así ha sido, porque al final éstas perduran, los funcionarios no y todo llega a su tiempo. Que sean las instituciones las que juzguen y para ello debo iniciar los procedimientos. Eso está caminando”, dice.

Lo ocurrido con él y otras personas, asegura, no sólo los afectó a ellos y sus familias, sino a la sociedad en su conjunto.

“Hay un sentimiento de impotencia de principio a fin, de irrealidad, de no comprensión de lo que acontecía y de cuestionamiento de cómo puede existir tanto odio, tanto rencor, hacia una persona en donde sin pudor y sin temor realizas ciertas acciones que afectan a un ser humano, al entorno familiar. Sí salió afectada la sociedad con esto porque basar un gobierno y la estrategia de políticas públicas en el odio no dejó nada bueno a nadie a nivel general, social, menos cuando no importaron los marcos jurídicos y las violaciones a los derechos humanos”, expresa.

A la fecha no se arrepiente de haber participado en la política porque, asegura, no fueron sus actos dentro de ésta los que derivaron en su encarcelamiento, sino el odio de alguien a quien ni siquiera conocía personalmente. Sin embargo, políticamente hablando, reconoce que se quedó solo desde el 28 de marzo de 2017, cuando intentó asumir funciones como legislador federal, pero no pudo hacerlo tras revelarse que existía una orden de aprehensión en su contra.

“Mis actos en política no fueron los causantes de esto. Siempre traté de ayudar. Es lo que no entiendo, por qué un odio tan grande hacia mi persona. Entiendo el odio que él pudiera tener en su vida, pero por qué a mí si yo no le hice nada, yo no lo conocí. Si él tenía un problema con otra persona pues arréglelo con él, pero por qué conmigo”, dice.

En este escenario, los procesos penales y administrativos continúan y Antonio Tarín buscará que salgan adelante ya que existe la necesidad de trabajar, pero sobre todo de demostrar su inocencia. El camino aún es largo, pero la esperanza brota de nuevo después de transitar un tramo existencial crudo.

“Tengo 12 carpetas penales, de las cuales cuatro me tienen en arraigo domiciliario. Tendría que establecerme en esas cuatro causas y ver el tema de la necesidad de trabajar, de movilidad y de que existen las condiciones de que no hay riesgo para que yo enfrente mis procesos en libertad. Si no me interesó nunca evadir la justicia, en este momento menos. Tengo 42 procedimientos administrativos disciplinarios, porque lo único que hicieron fue: no vas a querer cooperar, ahí te va otro proceso; otra causa penal y no te doblas, otro proceso. Vivían para molestarnos. Corral no destruyó mi familia ni mis sueños… me demostró que soy un hombre de bien, que soy valiente y leal a mis convicciones”, declara.

Situación jurídica actual

Nacido el 15 de julio de 1985, Antonio Enrique Tarín García ha sido procesado en 12 causas penales e iniciados 42 procedimientos administrativos. De estos últimos, 15 han tenido un resultado favorable declarándolo absuelto de responsabilidad, en tanto que los 27 restantes continúan pendientes de resolver.

De las 12 causas penales, son cuatro las que tienen como medida cautelar el resguardo domiciliario y seis no tienen medida cautelar, mientras que en la causa 1232/2018, se establece la presentación mensual ante el Instituto de Servicios Previos al Juicio, la prohibición de salir del estado, no concurrir a ningún aeropuerto, y localizador electrónico.

Por otra parte, la causa penal 198/2018, que corresponde al ámbito federal, ordena:

A. Presentación periódica ante el órgano jurisdiccional correspondiente, de manera semanal, y su vigencia será durante todo el tiempo que dure el procedimiento.

B. Prohibición de salir del país sin autorización judicial.

C. Prohibición de acercarse a los testigos destacados en la diligencia; y,

D. Colocación de un localizador electrónico.

Respecto a la sentencia de seis años por la causa penal 1841/2027, no ha entrado en vigencia debido a que cuenta con un amparo de la justicia federal, para que vuelvan a dictar resolución de apelación en busca de que se declare la inocencia.

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