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Estado

Desde Gpe y Calvo hasta Bocoyna

La desnutrición infantil y muerte no es un fantasma sino una realidad

Juan Villalba, líder de la Sección 12 del Sindicato de Salud en Guadalupe y Calvo, denunció la muerte de por lo menos cinco menores por esta causa

Salud Ochoa
El Diario de Chihuahua

lunes, 25 octubre 2021 | 06:00

Francisco López Matán / El Diario | El problema está llevando a los niños a la muerte

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Chihuahua— La desnutrición infantil en la región serrana de Chihuahua es una realidad que está a la vista de todos, pero son pocos los que hablan del tema y menos los que hacen algo para atender el problema que está llevando a los niños a la muerte.

En mayor o menor grado, la situación se presenta en prácticamente todos los municipios donde hay pobladores indígenas –Guadalupe y Calvo, Guachochi, Bocoyna, solo por mencionar algunos- cuyas condiciones socioeconómicas los colocan en un grado preocupante de vulnerabilidad.

“Sí es cierto el problema de la desnutrición, sí me han tocado muchos casos, hay mucha desnutrición. Tengo la idea de fundar una casa específicamente para niños desnutridos porque, aunque contamos con el Cerenam eso no basta. Es necesario darles seguimiento con las mamás y que se rescaten esos niños desnutridos. Del mismo lugar de donde estaba Porfirio hay otros 3 niños desnutridos casi al borde de la muerte y no me los he traído porque no tengo la posibilidad para rescatarlos. Falta mucha instrucción para las madres de familia para que ellas sepan cómo alimentar a sus hijos. En la Sierra no debiera haber desnutrición infantil pero falta la educación, un programa específico para atender niños desnutridos y abatir las múltiples carencias también”, dice Jesús Javier.

El pasado mes de septiembre, Juan Villalba, líder de la Sección 12 del Sindicato de Salud en Guadalupe y Calvo, denunció la muerte de por lo menos cinco niños con problemas de desnutrición severa, para los cuales no se tuvo el medicamento necesario cuando los pequeños ingresaron al hospital. Dichos decesos se registraron en el lapso comprendido entre junio y septiembre del año en curso.

Según Villalba, los niños afectados eran de las comunidades Pino Gordo, Huasachique y Sinatachi, entre otros; llegaron con desnutrición de tercer grado y no hubo los insumos farmacológicos para auxiliarlos.

“Uno de los grandes problemas que tenemos en la Sierra es que no llegan los medicamentos básicos para controlar enfermedades crónicas, y lo mismo nos está pasando con los insumos que se necesitan para los niños desnutridos”, expresó en ese momento.

En este contexto, gobernadores indígenas de los municipios de Guachochi y Bocoyna manifestaron preocupación debido a que se esperan cosechas pobres y en consecuencia poco alimento disponible para enfrentar la temporada invernal que se avecina. Aunado a ello, señalan la falta de personal médico así como la persistencia de padecimientos como la desnutrición y la tuberculosis.

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