Diario
Estado
lunes, 24 febrero 2020 | 06:00
Chihuahua— Hoy a las 9:00 de la mañana inicia la sexta audiencia del juicio oral que lleva la Feadle en contra de Juan Carlos M., el único detenido por el homicidio de la periodista Miroslava Breach, ocurrido el 23 de marzo del 2017.
El proceso se lleva a cabo en el Centro de Justicia Penal Federal de la ciudad de Chihuahua, en su mayoría con acceso a público y medios de comunicación, pero se han dado momentos en los que se realiza de manera privada por la información que surge y que podría afectar la dignidad de la víctima, o poner en peligro a las personas que hablan en el estrado.
El espacio para el público consta de aproximadamente 20 sillas, de las cuales se han destinado entre 10 y 11 para representantes de la prensa que sólo pueden acceder con hojas de máquina y pluma, sin aparatos celulares, cámaras ni grabadoras.
El imputado lleva 2 abogados defensores, mientras que la mesa que acusa tiene varias personas de la Feadle, entre ellas al titular de esa fiscalía, Ricardo Sánchez Pérez del Pozo, además de la comisión de víctimas y Propuesta Cívica, la agrupación que lleva la asesoría jurídica.
Así se reanudará la segunda semana de esta etapa del proceso penal, en el que por el momento se ha comprobado la vigilancia previa que se tenía a la corresponsal de La Jornada antes de su asesinato, así como la evidencia de que miembros del PAN la grabaron en audio, mismo que se encontró en una computadora de la vivienda donde se localizó el vehículo en el que se transportó al asesino material.
Al momento han participado 31 testigos, principalmente elementos policiacos, peritos, analistas y otros, para explicar las pruebas que tiene la Fiscalía federal para intentar vincular al acusado en el crimen, pero además se han presentado otros testimonios de familiares, amigos, conocidos para exponer los temas que ella reporteaba y ligarlo con la teoría que tiene la autoridad de que el asesinato se dio por su labor periodística.
En el año 2016 Miroslava publicó varios reportajes en La Jornada, diario del que era corresponsal, acerca del vínculo entre grupos del crimen organizado y decisiones de partidos políticos en la zona serrana, en específico en Chínipas y Bachíniva.
En el primero se evidenció que la candidatura estaba encabezada por una persona vinculada al grupo conocido como “Los Salazar” o “Los Salazares”, vinculado al Cártel de Sinaloa, y en el segundo al grupo de “El 80”, ligado a “La Línea”.
Con esos elementos, la Feadle sostiene que a Miroslava la mandaron matar desde Chínipas, de donde era originaria, y por orden de Crispín Salazar, líder del grupo que habría visto afectados sus intereses por el impacto mediático del trabajo de la periodista.