Estado

Imelda iba por una mejor vida... y ya no regresó

'Mi madre fue enganchada para trabajar y nunca volvimos a saber de ella'

Salud Ochoa
El Diario de Chihuahua

domingo, 18 agosto 2019 | 11:08

El Diario

Chihuahua— “Quiero encontrar a mi madre. Te pido de todo corazón me ayudes a buscarla al menos quiero saber si vive aún o qué pasó con ella”, dice la publicación que Ilse Joaquín decidió hacer en redes sociales con la esperanza de hallar a Imelda, la mujer que le dio la vida y cuya ausencia se ha prolongado por 21 años dejándole un vacío que aún le causa lágrimas.  

Imelda Joaquín Juan tenía 21 años cuando salió de Matías Romero Avendaño, Oaxaca, para ir a Ciudad Juárez “enganchada” por un sujeto que le dijo la llevaría a trabajar en la frontera donde las oportunidades no faltaban gracias a la maquila. 

Alberto y Cresencia, padres de Imelda, se opusieron al principio, sin embargo, al ver la necesidad que aquella tenía de mantener a su hija (Ilse) terminaron por aceptar que se marchara “por un tiempo” con la condición de que dejara a la pequeña a su cargo. No querían exponer a su nieta pero tampoco imaginaron que no volverían a ver a su hija.

Durante el primer mes desde su partida, Imelda se comunicaba una vez por semana al teléfono de una tiendita de barrio cercana a la casa de sus padres manifestando que las cosas no estaban saliendo como esperaba ya que las condiciones de trabajo ni de vivienda se cumplieron. La última vez que llamó fue Cresencia quien respondió al teléfono y lo único que escuchó fue la voz de Imelda diciendo que le urgía hablar con su padre. Nunca más volvió a llamar, ni sus padres a tener noticias de ella. La tierra parece habérsela tragado

“Mi madre era madre soltera y trabajaba en un minisuper cuando a ella y a su amiga las invitaron a trabajar a las maquiladoras en Ciudad Juárez, Chihuahua; solían reclutar personal así. La amiga de mi mamá la convenció aunque al final ella no se fue pero mi mamá sí. El señor que las reclutaba   era conocido y fue a pedir permiso a mis abuelitos para que la dejaran ir a trabajar porque la paga era buena y había mejores oportunidades. Por lo regular se comunicaba cada semana a una tienda cercana y por lo que sé, en esas llamadas comentaba que les quitaban más de la mitad de su sueldo diciéndoles que era para gastos de comida, hospedaje, etc., hasta que una vez marcó y fue mi abuelita quien respondió la llamada, ella preguntó por mi abuelito diciendo que necesitaba hablar con él y quedó de marcar a la semana siguiente. Esa llamada nunca llegó”, narra Ilse quien en ese entonces tenía dos años de edad.

Al perder contacto con Imelda, Alberto y Cresencia localizaron al “enganchador” quien aseguró que Imelda había renunciado al trabajo y que “ya no era su problema”.

“Al perder la comunicación con ella, mis abuelitos y mi tía fueron a buscar al señor para preguntarle qué había pasado, a lo que este contestó que ella había renunciado, que no era su problema y que no lo estuvieran molestando. Mi abuelo quiso ir a buscarla pero no tenían los recursos económicos suficientes  para viajar desde Oaxaca hasta Ciudad Juárez y tampoco sabía en dónde buscarla, no había una dirección, no sabían el nombre de la maquiladora, en realidad no había ninguna información. Lo único que pudieron hacer fue pedir a conocidos que ayudarán a buscarla allá pero nunca hubo datos sobre su paradero, y así han pasado los años sin saber nada de ella ni una pista si aún vive o no. Tampoco hubo oportunidad de poner una denuncia por desaparición ya que mis abuelitos no supieron cómo proceder en ese tiempo”, señala Ilse, que durante años ha soñado con volver a ver a Imelda, quien para estos momentos tendría 42 años de edad.

La pesquisa que Ilse Nayeli Joaquín Juan, publicó en redes sociales, señala que Imelda nació el 13 de mayo de 1977 y partió a Ciudad Juárez en 1998 a trabajar en una empresa denominada “Thompson televisiones de México S.A de C.V, desde entonces no se ha sabido nada de ella.

 

“VIVIR SIN MAMÁ”

-Si está viva quiero abrazarla y decirle la falta que me ha hecho

Durante años, Ilse creyó que sus abuelos Alberto y Cresencia, eran sus padres porque no recordaba a Imelda –su verdadera madre- ya que era muy pequeña cuando aquella desapareció, sin embargo, la verdad llegó de manera sorpresiva en voz de una persona cercana a la familia.

En entrevista con El Diario, Ilse narró lo que ha significado para ella vivir sin su madre, lo que le significó dolor y hasta burlas de sus compañeros de escuela.

“Escuchaba a mi abuelita llorar por su hija,  que en ese momento pensaba que era mi hermana así como sus demás hijos, todos mucho mayores que yo. Cuando la gente me preguntaba quiénes eran mis papás decía que Alberto y Cresencia, pero un día una comadre de mis abuelos me dijo que en realidad yo era nieta de ellos y no su hija. Lloré mucho. Después de eso nada fue igual. Cuando iba a la escuela veía a todos ir con sus papás y yo iba sola, tampoco había quien me esperara; en el recreo los niños se burlaban de mí por no tener padres. Me daba tristeza hasta ver que a mis vecinas las peinaba su mamá. Aunque mis abuelos siempre me trataron bien y me quisieron mucho, yo no tenía eso”, señala Ilse quien a pesar de los años transcurrido aún llora la ausencia de Imelda.

“Hubo una época en la que me volví un poco rebelde, dejé la escuela porque no quería ir, no sabía cómo acercarme a mis abuelos ni a mis hermanos (tíos) pues eran muchos más grandes que yo, renegaba por todo, fui grosera, me peleaba con mi abuelita y ella me regañaba a veces. Entonces me subía al techo de la casa a llorar pidiéndole a Imelda que viniera por mí y me llevara”, recuerda la joven.

Añade que necesitó a Imelda como su madre pero también como amiga por lo que todavía se pregunta ¿Por qué no regresó?

“La necesite quizá para que me leyera un cuento, alguien que me pusiera un alto también. Me hizo falta tenerla conmigo como una amiga a quien contarle lo que me pasaba. ¿Por qué no regresó? No lo sé, como tampoco sé si aún vive. Solo sé que si está viva quiero abrazarla y decirle la falta que me hizo”, dice Ilse y reitera la esperanza de encontrar a su madre ya que su abuelo falleció en agosto de 2016 y su abuela dos años después, en agosto del 2018.

Los campos agrícolas y la maquiladora los dos sectores más comunes para la trata de personas con fines laborales

En México, el trabajo agrícola y la maquiladora son los dos sectores más comunes donde se da la trata de personas con fines laborales, señala el Diagnóstico de la trata laboral en México, realizado por la agrupación  “Polaris Project”.

En el estado de Chihuahua, los municipios de Juárez y Chihuahua se caracterizan como zonas de riesgo para fines de trata por ser lugares con bastante movimiento migratorio y desarrollo productivo, por ejemplo, las maquilas. En este estado también existen líneas que vinculan la trata de personas con el feminicidio, tal como sucede en Nuevo León y Coahuila. Otra observación detectada, en el citado diagnóstico, es que en la región norte ha existido presencia marcada del crimen organizado que capta personas, generalmente migrantes, para fines delictivos, entre los que destacan la siembra de droga como lo marcan los casos de Chihuahua, Tamaulipas, Sinaloa, Baja California y Coahuila.

Según el Instituto para las mujeres en la migración -IMUMI AC- la trata de personas es un delito que consiste en transportar, trasladar o “enganchar” a una o más personas con la finalidad de someterlas a trabajos forzosos, servidumbre, esclavitud, prostitución forzada, entre otros. Dichos fines se alcanzan mediante engaño, amenaza o coerción e invariablemente la motivación es obtener un beneficio principalmente económico 

“Esta actividad delictiva se presenta en numerosos sectores, desde el sector agrícola, fábricas maquiladoras, el trabajo doméstico, la construcción y el comercio informal, hasta establecimientos comerciales de servicios sexuales y de entretenimiento. Además de la diversidad de sectores, la trata afecta a diferentes grupos de la población, en particular a grupos en condiciones de mayor vulnerabilidad, tales como mujeres, niñas, niños y adolescentes”, establece dicho organismo.

Condiciones de vida de Oaxaca implican riesgo para que se dé la trata de personas: IMO

De acuerdo con el Diagnóstico sobre el fenómeno de trata de personas y su impacto en mujeres y niñas de Oaxaca, elaborado por el Instituto de la Mujer Oaxaqueña, dicho estado presenta condiciones de vida que implican riesgos latentes para que ambas se conviertan en víctimas de ese delito ya que el 34 por ciento de la población femenina de esa entidad habla alguna lengua indígena y desconoce el español. Además, el 17 por ciento de ese grupo poblacional no sabe leer ni escribir, mientras que el promedio de escolaridad es de apenas 6.9 años lo que significa que la gran mayoría tiene una escolaridad e hasta primero de secundaria. 

La comunidad de “Matías Romero” Oaxaca, de donde partió Imelda Joaquín en 1988, contaba en el año 2000 con 50 mil 109 habitantes en su mayoría mestizos pero también de las etnias Mixe, Zoque y zapoteca, dedicados primordialmente al comercio de productos agrícolas. En ese año, según cifras del INEGI, el 53.6 por ciento de los habitantes eran mujeres y el 46.4 hombres; sin embargo, para el año 2010 la población se vio reducida a 38 mil 019 habitantes.

En corto…

*Las víctimas de trata están expuestas a riesgos de salud física y psicológica que van desde heridas, golpes, violencia psicológica, estrés post-traumático, enfermedades de transmisión sexual y contacto directo con pesticidas, entre otros.

*El problema es difícil de dimensionar debido a su naturaleza clandestina

*La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que cada año aproximadamente un millón de hombres, mujeres, niños y niñas son engañados, vendidos, o sometidos a condiciones semejantes a la esclavitud bajo distintas formas y en diversos sectores

*La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que de los 12.3 millones de víctimas, 2.5 millones están confinadas a trabajos forzados, de las cuales 43% son víctimas de explotación sexual  y que, el grupo afectado por la explotación sexual está compuesto en un 98% por mujeres y niñas.

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