'Hay más de 4 mil menores desaparecidos en la entidad'

Ciudad de México.- Según las estadísticas presentadas por la Red por los Derechos de la Infancia en México, del 15 de marzo de 1964 al 17 de agosto de 2020 las 5 entidades federativas que presentaron un mayor número de reportes de niños, niñas y adolescentes desaparecidos, no localizados y localizados son Guanajuato con 6 mil 254, el Estado de México con 6 mil 206, Tamaulipas con 4 mil 732, Chihuahua con 4 mil 179 y, Yucatán 3 mil 174 reportes. 

En conjunto suman el 42.7% del total nacional que son 55 mil 301 casos. 

"El gran problema que tiene Chihuahua en cuanto a la desaparición de menores, además de ser un estado con una larga situación de violencia, cruza precisamente con el carácter fronterizo, el tráfico de armas, drogas pero también los cambios políticos influyen porque combatir el crimen organizado es responsabilidad tanto del gobierno del Estado de Chihuahua como del Gobierno federal", dijo en entrevista para El Diario Juan Martín Pérez, director general de Redim. 

Agregó que existe una crisis de derechos humanos, y eso explica en buena parte de lo que está sucediendo porque el estado mexicano ya no tiene capacidad real de proteger la vida y la integridad de sus habitantes, y menos de los niños y niñas, y en este mismo contexto de crisis existen tres expresiones que explican lo que se está viviendo en México. 

"Primero, la militarización de la seguridad pública, que ha profundizado la violencia armada; en segundo lugar, que se ha generalizado, y tercero, y el más grave de todos, es la impunidad", dijo Pérez García.

Informó que de cada 100 carpetas de investigación donde niños, niñas y adolescentes son víctimas, solo tres responsables alcanzan algún tipo de sentencia o proceso, y eso estimula cualquier delito, particularmente contra menores. 

"Específicamente en el contexto de militarización y la violencia armada estamos en una guerra de gente armada, territorios controlados y el ejército confrontándose en fuego contra fuego. Esta guerra necesita soldados, y a diferencia del Estado mexicano, que puede contratar públicamente, los grupos criminales recurren al reclutamiento forzado, y se ha denunciado desde hace mucho tiempo, pero al Estado mexicano le ha costado mucho reconocer", precisó. 

Este reclutamiento con fines criminales se da sobre todo, dijo, en personas jóvenes y adolescentes varones, y la forma de hacerlo es la desaparición. Por ejemplo, en Chihuahua, de los menores desaparecidos, el 70 por ciento son hombres. 

"La desaparición es un crimen continuo, pero es la puerta a otros crímenes. Desaparecen a un adolescente pero puede ser víctima de trabajo esclavo, explotación sexual, tortura, homicidio, convertirlo en sicario. 

Sabemos de las desapariciones, pero no sabemos qué hacen necesariamente con ellos", explicó. Aseguró que todos los indicadores que ya se tenían previos a la pandemia por Covid se verán trastocados en cuanto a la vulnerabilidad de menores, puesto que enfrentan ahora problemas económicos, dificultad de violencia, impunidad, falta de respuesta del Estado y la falta educativa. 

Abundó que cada año se pierde al 25 por ciento de niños y niñas que no logran pasar al sistema educativo, lo que ya de por sí ha sido un problema, y con la pandemia hace efecto dominó y profundiza las cifras de violencia doméstica y feminicidios, entre otros. 

Explicó que antes de la pandemia, en 2018, 800 mil niños, niñas y adolescentes ya no continuaron sus estudios, se quedaron hasta secundaria a nivel nacional. Cada año se pierde el 25 por ciento, y con la actual crisis económica tendremos a más niñas quedándose en casa y más varones en las calles. 

"Todos los indicadores negativos van a incrementarse; en Chihuahua ya había antecedentes. Actualmente, por ejemplo en desaparición tiene acumulados 4 mil 179 reportes de desaparición, de los cuales 799 menores siguen desaparecidos. Además es un gran estado, pero es específicamente en Ciudad Juárez, Chihuahua y Cuauhtémoc. Está focalizado".

Consideró que los municipios podrían implementar acciones concretas no solo en el delito de desaparición, sino también de reclutamiento o con el abandono escolar e incluso la violencia doméstica, pues todo está vinculado, dijo, con la ausencia del Estado, las dificultades propias de la comunidad que se va deteriorando y la presencia de actores externos, como el crimen organizado. 

Recordó que en Chihuahua se han documentado incluso en libros los testimonios de muchos adolescentes que "voluntariamente" quieren ser reclutados por temas de buscar venganza por el asesinato de su familia; sin embargo, esto sigue relacionado con la impunidad. 

"Si estos niños y niñas tuvieran acompañamiento del Estado para restituir derechos, entre ellos el acceso a la justicia, renuncian al riesgo de que puedan resultar vinculados a estos hechos o dentro de su contexto familiar, pero no hay focalización y sí hay abandono". 

Insistió en que solo se podría reducir el impacto negativo si hay intervención del Estado y se apoya con presupuesto, lo que implica mayor inversión en educación, porque es el mejor lugar para proteger a niños, niñas y adolescentes y significa buscar procesos de participación y escucharlos. 

"El problema tiene que hacerse visible, tiene que entrar a la agenda pública y políticas, y que se pueda hablar de ello, porque esto se hace público porque a ciertas personas les interesa pero no porque sean temas de interés en la clase política. Hay que superar la invisibilidad, hay que superar la discriminación estructural". 

Agregó que es importante fortalecer el ámbito territorial, los municipios, que es donde el Estado toca la vida de niños y niñas, y eso está muy desdibujado. Consideró que si se lograra desde lo municipal, que está tan discriminado, invertir de manera estratégica y buscar énfasis en la agenda desde el territorio, podría haber cambios importantes. 

"Recuerdo el caso Tlatlaya en el Estado de México: 22 jóvenes víctimas de ejecución extrajudicial por el Ejército. La CNDH hizo una investigación sobre el tema, que quedó impune. Los ocho militares detenidos fueron liberados. De esos 22 jóvenes, seis de ellos tenían denuncia de desaparición y secuestro en Guerrero. Fueron usados como carne de cañón por parte de grupos criminales; desaparecieron, nadie los buscó, fueron ejecutados y después estigmatizados como sicarios", finalizó.