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Estado

Era maestra de primaria ejecutada en Cuauhtémoc

Dependían de ella su madre y tres hijos menores

Salud Ochoa
El Diario

miércoles, 28 julio 2021 | 06:00

Cortesía | Cruz Bejarano y Carolina Barraza

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Chihuahua— Consternación y miedo entre el gremio magisterial es lo que ha dejado el asesinato de la profesora Cruz Bejarano, localizada sin vida la tarde del domingo 25 de julio a la altura del kilómetro 120 de la carretera Cuauhtémoc-La Junta, en compañía de otra mujer identificada como Carolina Barraza.

Docentes del municipio de Cuauhtémoc así como del Seccional de Anáhuac dijeron sentir horror por lo ocurrido con “Crucita”, quien era originaria de dicha localidad y laboraba desde hace años en la primaria federal Francisco I. Madero impartiendo clases en quinto y sexto grado.

Luis Alonso Guaderrama, coordinador general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en aquella entidad, dijo a El Diario que la preocupación se da porque hoy día “ya no se escapa nadie” y lo único que queda por hacer es encerrarse.

“Estamos viviendo una época difícil en la que no hay gremio que se salve, desconozco los motivos que hayan llevado a la muerte de la maestra pero lo mejor es cuidarnos y estar lo más encerrados posible. Ahora con la pandemia y esta violencia ya no se escapa nadie, los alumnos, maestros, es parte de la vida cotidiana que estamos viviendo. Muy difícil”, apuntó.

Guaderrama coincidió con los docentes en que existe inquietud generalizada ya que todos los días ocurren hechos delictivos de alto impacto en la región que la colocan entre los 50 municipios más violentos del país.

Era muy conocida

La profesora Cruz Bejarano nació y creció en la comunidad de Anáhuac por lo que era ampliamente conocida en el entorno y recordada por su afición al deporte. 

“Era muy activa, le gustaba la natación desde pequeña, era muy buena deportista”, dijeron habitantes de Anáhuac quienes convivieron de cerca a la hoy occisa cuyos restos fueron sepultados la tarde de ayer.

Indicaron que Bejarano provenía de una familia de escasos recursos económicos por lo que, tuvo que trabajar muy duro para lograr obtener una licenciatura en educación, misma que posteriormente le dio su plaza como docente en la escuela primaria federal Francisco I. Madero, ubicada en la calle Cuitláhuac sin número de la citada localidad.

La recordaron como una buena persona de la que “nunca se supo que anduviera en malos pasos”.

“No tenemos conocimiento de que estuviera ocurriendo algo extraño, aunque ahora con la pandemia y el encierro uno deja de enterarse de muchas cosas”, apuntaron.

A la profesora le sobreviven tres hijos y su madre quien le apoyaba con el cuidado de los menores y a su vez, dependía económicamente de ella.

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