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Estado

Crónica de un lunes ‘naranja’

El silencio de la muerte vs el grito de ayuda

En Chihuahua existe un sistema de salud deficiente, que requiere médicos especialistas, personal capacitado y por lo menos 3 mmdp más para atender a sus pacientes

Salud Ochoa / El Diario

martes, 20 octubre 2020 | 06:00

Carlos Sánchez / El Diario de Juárez

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Chihuahua– Es lunes 19 de octubre, el regreso al semáforo en naranja está aquí en un día turbio y silencioso al mismo tiempo. La desesperación se refleja en algunos a través de manifestaciones, caravanas, gritos, pancartas y reclamos. La muerte en otros, teniendo al silencio grisáceo como imagen a las afueras de los hospitales donde la constante es: no hay espacio, no hay camas, no hay insumos, no hay medicamentos, no más pacientes.

En las calles, estudiantes, cantineros y transportistas se manifiestan: algunos exigen apoyo y seguridad, otros sólo un punto y coma a la incertidumbre. Piden respuestas, pero en el entorno contaminado de la urbe no las hay.

Seis meses y contando

A seis meses y 26 días de haberse registrado el primer caso de Covid en el estado, los pronósticos de entonces, hoy son una realidad sobrepasada. Los enfermos se multiplican mientras que los recursos materiales y humanos restan cada día más. Es una operación matemática y macabra que los médicos ya habían advertido desde que el virus apareció en China. No se hizo caso.

“No estamos preparados para enfrentar una pandemia de esa magnitud”, advirtió el doctor Javier García desde mediados de febrero de 2020, más de un mes antes de que se presentara el primer contagio en Chihuahua. 

El silencio fue la respuesta. Nunca estuvimos preparados, seguimos sin estarlo.

Pasamos del rojo al naranja y luego al amarillo en el semáforo del que todos hablan pero que pocos conocen, y después de nuevo al naranja porque en los más de 200 días transcurridos se ha sido incapaz de controlar la pandemia.

“No tenemos a la mano los indicadores”, es la respuesta oficial siempre que se pregunta por el puntaje de los parámetros medibles para decidir un cambio. Y la pregunta es: ¿existen realmente esos parámetros o sólo están en la imaginación de alguien? ¿Por qué no hablar con claridad sobre las cifras de la pandemia y las necesidades que se tienen?

El doctor Roberto López Segura es enfático al señalar que no se cuenta con los médicos suficientes con alta especialidad para atender las unidades de Terapia Intensiva porque, aunque se tengan 20, 30 ó 40 ventiladores, se requiere personal especializado para dar el soporte a esos pacientes.

Pero además, las áreas hospitalarias necesitan el conocimiento de otros especialistas para medir la evolución de un paciente, darle un tratamiento de sostén adecuado y evitar que éste llegue a la terapia intensiva. Tampoco se cumple con ello, no por falta de interés o capacidad del personal, sino por la insuficiencia.

“Nos estamos enfrentando al virus sin médicos, sin medicamentos y sin insumos suficientes. Recordemos que no hay vacuna ni medicamentos específicos. Se da un tratamiento preventivo para evitar que el paciente sufra otro tipo de enfermedades que le pueda llevar a un estado grave y hasta la muerte”, explica López Segura y va más allá, como en una advertencia de que la confianza no puede o no debe depositarse únicamente en eso.

“La vacuna no es nada más que llegue y que esté aquí de inmediato. Lo más seguro es que sea hasta marzo de 2021 y aún faltaría la cadena de distribución. Eso va a llevar tiempo. Como médicos estamos preocupados porque hay un desgaste de quienes están al frente de las terapias y de quienes están en las unidades hospitalarias. Los medicamentos, paulatinamente se está viendo el faltante y eso también dificulta dar tratamiento de soporte a un paciente diagnosticado”, indica el galeno.

No se acaba de entender

Mientras la batalla contra la enfermedad se desarrolla en interiores dominados por el virus, en la calle las personas van al supermercado, atienden sus puestos de comida, caminan en los tianguis, se toman selfies en el Centro de la ciudad, van a las oficinas o utilizan el transporte colectivo sin protección alguna. No hay sana distancia ni mascarillas, mucho menos gel disponible. Pareciera que no se acaba de entender las nuevas condiciones de convivencia.

A partir de junio, dice el médico López, se empezó una nueva normalidad en las salidas permitidas por el Gobierno, pero eso implicó que los ciudadanos relajaran las salidas a diferentes lugares, la apertura de otros centros, las reuniones familiares o de amigos. El semáforo amarillo avanzó, sí, pero en retroceso.

“Si no tienes necesidad de salir, no lo hagas por cuestiones sociales. Te puedes enfermar tan sólo con tocar una superficie contaminada por una persona enferma”, enfatiza el entrevistado, y asegura que ante la llegada del otoño-invierno el mayor temor es el binomio influenza-Covid, cuya letalidad sería aun peor.

Situación deficiente

De acuerdo con el entrevistado, el sistema de Salud de Chihuahua trabaja en una situación deficitaria, ya que el presupuesto que actualmente se tiene asciende a 7 mil 500 millones de pesos y se estima que son alrededor de 2 mil 500 a 3 mil millones de pesos más los que se requieren para atender todas las enfermedades.

“Recordemos que México no aporta lo suficiente en el producto interno bruto para salud; muchas de esas aportaciones las tiene que hacer el ciudadano. Si el Gobierno pone 500 pesos, el ciudadano debe poner otros 500”, indica.

Las palabras del médico se tornan en algo tangible ante las carencias evidentes para los ciudadanos que por fallo personal o simple mala suerte se convierten en hospederos del virus.

“En el IMSS Morelos se pelean por los ventiladores, ya no queda ninguno”, indican trabajadores del hospital, y aseguran que el pasado fin de semana las autoridades médicas del mismo dieron la orden de no aceptar “ni un paciente más” debido a la saturación. 

La situación se replica en otros hospitales, públicos y privados, donde conseguir una cama se ha vuelto una misión casi imposible, a menos de que un paciente muera y “libere” ese espacio.

“Pueden fallecer cinco, pero igual entran otros cinco enfermos”, dice el personal de enfermería que pide omitir su nombre al igual que lo hacen familiares de víctimas de Covid que han perdido la batalla en busca de una cama.

El primer día del retorno al semáforo en naranja en la ciudad de Chihuahua concluye, igual de grisáceo como empezó.

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