Estado

¿Dónde terminarán los restos de víctimas del Covid-19?

Después de que un paciente muere, el coronavirus sigue vivo y con potencial contagioso, explican especialistas

Salud Ochoa
El Diario

lunes, 06 abril 2020 | 06:00

Chihuahua— La música suena en una grabadora antigua. A sus 81 años don José sigue el ritmo de una vieja canción que habla sobre el destino de las almas cuando el cuerpo que habitan muere. Eso de morir, dice, no le preocupa, porque es lo único seguro que hay en la vida. Lo que le inquieta es el destino de sus restos mortales.

“Y si el coronavirus nos llega, pues que llegue, ya somos viejos, qué le vamos a hacer. La cosa es dónde vamos a quedar”, manifiesta, porque ha visto las noticias en la televisión y ha visto imágenes que indican que en España los muertos por coronavirus van a la fosa común y en Estados Unidos “los están enterrando en contenedores cerrados, de pie, como si sembraran zanahorias”.

Hasta ahora, ni en México ni en Chihuahua hay una instrucción especial respecto al destino final de los cuerpos de aquellas personas que pudieran morir infectados por el Covid-19, sin embargo, sí se tiene clara la necesidad de incrementar las medidas de seguridad ante el manejo de cadáveres ya que el coronavirus sigue vivo y con potencial contagioso aun después de la muerte de una víctima.

“Cuando alguien infectado muere, el virus sigue activo y sí tiene potencial contagioso, aunque es menor. Se comportará como en cualquier otra superficie, en la que conforme cambian las condiciones óptimas de vida se va inactivando”, explica el doctor Mauro Bernal, responsable del Servicio Médico Forense de la Fiscalía General del Estado.

Los cadáveres infectados, explica el especialista, sí son un factor de riesgo, pero en menor dimensión que un enfermo vivo porque la principal vía de trasmisión del virus habrá quedado inmovilizada.

“El cadáver sí es un factor de riesgo pero mucho menor que el un paciente vivo, porque el potencial infectante va en función a la saliva, principal vía de trasmisión. Al momento en que el individuo ya no habla y no respira tampoco está emitiendo virus y eso hace que disminuya el potencial. Sin embargo, a la hora de abrir un cuerpo tienes el factor de riesgo pero no es diferente a cuando lo haces con cualquier otro muerto infectado con hepatitis o VIH, por ejemplo”, agrega el entrevistado.

Don José sabe que el virus se trasmite cuando un infectado tose, por eso se cuida, porque además es consciente de su vulnerabilidad debido a la edad y a las enfermedades concomitantes. 

Y si la muerte llega, sólo espera marcharse “con mi cuerpo completo, tranquilo y en paz conmigo mismo, porque la vida que has llevado se reflejará en tu muerte”, dice mientras en la vieja grabadora se escucha: “A dónde irán las almas, las almas que han sufrido; las almas que han tenido por infierno esta vida”.

¿Se practicarán las necropsias 

a víctimas del Covid-19?

“Si se genera un fallecimiento por esta razón, al ser diagnosticado a la hora de la muerte no es necesario que se practique una necropsia. El cuerpo se levanta del lugar del fallecimiento, se embalsama y con eso se inactiva el potencial infectante por el formol que se usa y el cadáver se podrá manejar de manera normal en la etapa que estamos”, dice Bernal, pero advierte que en caso de que se migre a una etapa 3 ó 4 de la pandemia y se llegue a contabilizar un gran número de muertes, las medidas en cuanto al destino de los cuerpos tendrían que modificarse.

“El problema de llegar a una etapa 3 o 4, es que podrían saturarse los servicios funerarios y no habrá forma de hacer velaciones. Entonces, el cadáver en turno tendría que ir directo a inhumación o incineración, según decida la familia, pero esto sería, hay que ser claros, cuando haya un volumen de muertos que sature dichos servicios”.

Las necropsias, indica el forense, se practicarán sólo en casos especiales, es decir, aquéllos en los que la autoridad sanitaria lo requiera.

“En casos muy específicos se decide si se hace la necropsia o no. Si hubiese una situación en la que se requiere tomar una biopsia, que la Secretaría de Salud lo pida, que exista alguna duda respecto al comportamiento de la enfermedad, o si existen enfermedades adjuntas, se aplica el protocolo y se realiza la necropsia. Serán casos especiales pero tenemos la capacidad y la infraestructura para hacerlo”, asegura.

¿Cuáles son las medidas de seguridad que deben tomar quienes practiquen una necropsia a víctimas de coronavirus?

La pandemia de influenza H1N1 registrada a finales de la primera década del siglo XXI dejó, entre otras cosas, una herencia positiva en forma de conocimiento ya que, de acuerdo con el médico Mauro Bernal, a partir de ella se actualizaron protocolos respecto al manejo de cadáveres potencialmente contagiosos.

“Las medidas de seguridad deben ser permanentes. Ahora estamos en contingencia y debemos extremar precauciones; cuidar a los vivos y con los cadáveres aplicar las medidas que establece la ley. No minimizar factores de riesgo, es decir que si en un protocolo de necropsia ordinario entramos 4 ó 5 personas, ahora lo reducimos a 3. No hay nada nuevo porque ya está todo establecido. Tuvimos la experiencia con influenza H1N1 porque se actualizaron muchos protocolos a nivel nacional en función al manejo de cadáveres que pudieran ser infecto contagiosos”, añade.

Sin embargo, hay otros factores que deben tomarse en cuenta ya que de no hacerlo, pudieran erigirse en fuente de contagio.

“El riesgo lo tenemos en un cadáver conocido y lo sabemos, pero puede haber otra causa asociada de muerte como homicidio, suicidio, hechos de tránsito, que deben tener necropsia de ley por investigación y las víctimas pueden estar infectadas y no lo sabes. Entonces, aquí debemos tener presente que la causa de muerte no te da el protocolo, tú aplicas el protocolo con todos los cadáveres independientemente de la causa de muerte”, enfatiza.

En cuanto al manejo de cuerpos en funerarias, Bernal señala que el proceso de embalsamamiento da cierta seguridad en lo que a la inactivación del virus se refiere debido al uso del formol, por lo que un cadáver bien tratado y expuesto en ataúd cerrado, no debe ser motivo de contagio.

“En nuestra forma tradicional de llevar a cabo un funeral, son ataúdes cerrados con un vidrio donde el cadáver nunca está en contacto con la gente. No hay factor de riesgo de contagio. Luego se sataniza y casi quieren linchar al pobre muerto, pero la realidad es que a nivel hospitalario, funerario y forense, el manejo de cadáveres debe ser bajo los protocolos establecidos con las medidas de bioseguridad y no generar alertas innecesarias. 

Como parte del protocolo de atención, insiste, todos los cadáveres se deben tratar como potenciales infectocontagiosos y en consecuencia, cada cuerpo que ingrese al Semefo debe ser tratado con ese potencial y con las medidas de seguridad que implica.

Pulmones de víctimas pueden contener virus vivos

El Ministerio de Sanidad de España (MSE) en un documento denominado ‘Procedimiento para el manejo de cadáveres de casos de Covid-19’, explica que “los riesgos habituales del trabajo en la sala de autopsia surgen del contacto con materiales infectivos, especialmente por salpicaduras, más que por inhalación de material infeccioso. Sin embargo, en casos de pacientes fallecidos por Covid-19, los pulmones y otros órganos todavía pueden contener virus vivos y es preciso tomar medidas de protección respiratoria complementarias durante los procedimientos que generan aerosoles de partículas pequeñas (por ejemplo, el uso de motosierras y el lavado de los intestinos)”.

Por tanto, ante la existencia de un cuerpo infectado, se recomienda no realizar la necropsia por el riesgo biológico de contagio para los ejecutores de la misma y por el riesgo de propagación del virus. 

Para los pacientes con o sin sintomatología respiratoria e indicación clínica justificada, el MSE recomienda primero descartar la infección por Covid-19 mediante prueba de laboratorio y en caso de que esta resulte negativa, decidir de manera consensuada si se realiza o no la necropsia.

Parte  del manejo de 

cadáveres con coronavirus

La Guía Operativa para el manejo de cadáveres emitida por el Issste el pasado 29 de marzo de 2020 coincide con el MSE en los siguientes puntos:

*Si la autopsia se considera realmente necesaria y se puede garantizar que ésta se realiza en un ambiente seguro, se podrá llevar a cabo, cumpliendo las recomendaciones respecto al equipo de protección individual y la minimización de la producción de aerosoles 

*Para su realización, se deberá sacar el cadáver de la bolsa sanitaria e introducirlo de nuevo al finalizar, siguiendo todas las precauciones

*Se debe reducir al mínimo imprescindible el número de personas que van a realizar la autopsia, sin que haya ninguna persona adicional en la sala salvo aquéllos que la están realizando. 

todo el personal que participe en la necropsia y vigilarlo en los 14 días posteriores 

*Equipo de protección individual para las autopsias que todo el personal debe usar:

-atuendo de quirófano

-Usar bata de uso único, impermeable, de manga larga y delantal

-mascarilla con filtro de partículas cuya protección corresponda a la norma N95 

-Contar con protección ocular ajustada de montura integral o protector facial completo

-Utilizar doble guante, gorro, botas altas hasta la rodilla

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