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Estado

Con soga y solera miden La Boquilla

Llega personal de Conagua a la presa; dejan fuera al Estado de las revisiones

Luis Fernando González
El Diario

viernes, 25 septiembre 2020 | 13:49

Luis Fernando González / El Diario Luis Fernando González / El Diario

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Camargo– Utilizando herramienta tradicional; es decir, una soga y una pesada solera de acero, técnicos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) enviados por la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, midieron la mañana y tarde de ayer la profundidad en La Boquilla y calcularon el azolve y constataron físicamente el estado que guarda la presa, procedimiento que no se realizaba desde hace 16 años. 

Sin la participación de Gobierno del Estado, el alcalde de San Francisco de Conchos Jaime Ramírez Carrasco junto a agricultores comenzaron a llegar a la presa más grande de Chihuahua, desde hace dos semanas bajo control de los agricultores. 

Se trataba de la secuela del primer encuentro sin roces entre una representación de Chihuahua y el Gobierno Federal. La llegada de dos técnicos a La Boquilla fue el resultado de un encuentro de cuatro horas sostenido por alcaldes de extracción priista el pasado lunes en la ciudad de México con la secretaria de gobernación Olga Sánchez Cordero, la directora de Conagua Blanca Jiménez Cisneros y representación de Alfonso Durazo Montaño, secretario de Seguridad y protección ciudadana. 

No obstante lo rentable del logro, el alcalde priista de San Francisco de Conchos Jaime Ramírez Carrasco hizo prevalecer su carácter conciliador y de respeto a los intereses legítimos de la defensa del agua de Chihuahua invitando a la visita del personal de la Conagua a todos los liderazgos que han participado en la prolongada controversia. 

Pasadas las 10:00 de la mañana, los dos técnicos comisionados por la secretaria de Gobernación federal arribaron a La Boquilla siendo recibido por una comitiva plural y representativa. 

Sin tecnología alguna, contrario a lo que se esperaba, el personal de la Conagua abordó una de las cinco embarcaciones dispuestas por el gobierno municipal de San Francisco de Conchos y se internaron en la inmensidad del Lago Toronto, vaso contenedor de la presa. Una soga y una pesada solera fue la herramienta que utilizaron los funcionarios federales para medir la profundidad de la presa en nueve puntos estratégicos del vaso contenedor que abarca dos municipios (San Francisco de Conchos y Valle de Zaragoza), 175 kilómetros cuadrados a su máximo nivel y actualmente 71 kilómetros cuadrados con el 32% de su capacidad. 

Con 34.5 metros en su parte más profunda y 45 centímetros en la más baja, los técnicos tomaron nota en una bitácora que será presentada lo mismo a la titular de gobernación Olga Sánchez Cordero como a la propia directora de Conagua, Blanca Jiménez. La última medición como esta, según versión de uno de los comisionados, no se llevaba a cabo desde hace 16 años. Se colocaron “testigos o mojoneras” a lo largo del todo el vaso receptor de la presa La Boquilla; es decir, en el Lago Toronto. 

Estos testigos se colocarán en coordenadas específicas, para tener mayor precisión, y proveerán información acerca de la presa. Las coordenadas serán ingresadas a un sistema que hará un “mallado” de todo el vaso, y la lancha, con sensores de profundidad recorrerá el Lago y tomará la lectura de los puntos de vértice de las mojoneras. 

Adicional a lo anterior, diariamente se estará monitoreando el oleaje de la presa, lo cual es de suma importancia, pues en el tiempo intermedio entre la topo altimetría, que tarda 2 ó 3 meses, hay entradas y salidas de agua. 

Este nuevo informe dará pie a que se establezcan nuevas escalas, pues la última vez que se establecieron fue en el año 2004. Cabe destacar que estas medidas son de suma importancia, pues a partir de ellas se toman decisiones para la operación de las presas. 

Luego de concluido el recorrido, el par de comisionados se retiró de La Boquilla dejando tras de sí una gama de interpretaciones desde quienes quisieron ver una pequeña luz al fondo del túnel hasta los que de plano mencionaron que la visita no era otra cosa que una estrategia para apaciguar la rispidez del momento y que bastaba ver la “alta tecnología” de medición que utilizaron para entender que todo era más atole con el dedo. Más tarde, la logística de la toma de la presa continuó. 

El municipio de la Cruz entregó la bandera nacional a su similar de Julimes que quedaba a cargo hasta hoy viernes a las 5 de la tarde.

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