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Estado

Con exigencia de justicia recuerdan a víctimas de masacre LeBaron

Entre llanto y al calor del fuego familiares y amigos recordaron a ‘quienes se adelantaron’; piden que caso no quede en el olvido

Alejandra Sánchez / El Diario de Chihuahua

sábado, 05 noviembre 2022 | 09:56

El Diario de Chihuahua | Los asistentes, entre ellos Adrián LeBaron, padre de Rhonita (al fondo), llevaron cartas para sus seres queridos, que tras ser leídas fueron quemadas El Diario de Chihuahua | Con velas honraron la memoria de los asesinados

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Galeana.– El viento frío abrazó a los integrantes de la comunidad LeBaron, quienes se reunieron en punto de las 5 de la tarde en el panteón de su comunidad, ubicado en el municipio de Galeana.

En la conmemoración, la comunidad LeBaron exigió que su caso no quede en el olvido.

El llanto embargó a los familiares y amigos de las víctimas de la masacre de 2019, en la que fallecieron nueve personas.

Adrián, padre de Rhonita, clamó justicia y señaló que hasta el momento ninguno de los detenidos ha sido sentenciado.

“Hija, tu ausencia duele, duele mucho; pero también duele la impunidad y la falta de justicia”, dijo.

Los asistentes llevaron cartas para sus seres queridos a quienes, según sus palabras, “les arrebataron la vida”.

Una de las sobrinas de Rhonita lloró junto a la tumba de su tía y dijo: “querido ángel de la familia quiero empezar con lo más importante, te extraño y te amo; han sido tres años locos y quisiera que estuvieras aquí para disfrutar con nosotros. Las cosas han ido bien acá, no hay un sólo día que no piense en ti. Ahora tengo novio y creo que te encantaría. Te extraño y espero que no estés sufriendo este día. Tenemos tu comida favorita; tengo muchos recuerdos sobre de ti y espero que estés bien”.

Al llegar la noche se prendió fuego y ahí fueron quemadas las cartas y cada una de las palabras dedicadas a las víctimas. 

Otras personas también cantaron canciones como “Hermoso cariño” y “Yo te extrañaré”. 

Además, todos encendieron una vela y honraron la memoria de los asesinados. 

“Ustedes son lo más importante, los extrañamos todo el tiempo; pensamos en ustedes a todas horas, nos hacen tanta falta”, dijo entre lágrimas Adrián.

La celebración duró más de cinco horas y en ella todos recordaron los momentos más significativos.

Ayer se cumplieron tres años de esta masacre, la cual fue protagonizada por miembros del crimen organizado que atacaron a tres mujeres y 14 niños pertenecientes a la familia mexicoestadounidense de credo mormón; nueve de ellos murieron.

El hecho, que conmocionó a todo el país, ocurrió en una brecha que se encuentra entre los límites de Sonora y Chihuahua, al norte de México. Dos de las mujeres iban a visitar a sus parientes en Chihuahua, y otra planeaba encontrarse con su esposo en el aeropuerto de Phoenix, Arizona; sin embargo, esto no fue posible. 

“Este hecho nos lastima, nos duele; nos duele la impunidad y que no haya justicia. Duele que aunque hayamos sido víctimas de la ola de violencia se nos criminalice y se nos revictimice cuando en realidad, la autoridad no ha hecho nada y nosotros somos las víctimas”, expresó Adrián LeBaron, padre de Rhonita, quien fue una de las víctimas mortales. 

La camioneta en la que viajaba parte de la familia fue atacada a balazos. Ese día, el vehículo se incendió. Rhonita y sus hijos, dos de ellos con unos meses de edad, murieron en el fuego.

Los arrestos

Luego de la tragedia, las autoridades federales atrajeron el caso. Durante los años siguientes se realizaron una serie de detenciones de presuntos miembros del grupo delictivo La Línea, al que se le atribuyó la autoría intelectual y material de los hechos. 

Las últimas capturas fueron dadas a conocer el pasado 19 de mayo por el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval. Pese a las 31 detenciones, no ha habido una sola sentencia condenatoria ni reparación del daño. Además, el secretario dio a conocer que aún falta la aprehensión de otros siete implicados. 

La familia

La familia LeBaron pertenece a la Iglesia del Primer Nacido, una escisión fundada en Chihuahua en 1924 de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Los primeros colonos llegaron a México huyendo de la prohibición de la poligamia instaurada en el seno de la iglesia mormona en 1890.

Entre ellos, llegaron Joel y Ervil LeBaron, quienes fundaron en 1955 la Iglesia del Primogénito de la Plenitud de los Tiempos; vivieron en una granja que bautizaron como la Colonia LeBaron y la comunidad, que prosperó en la región principalmente con la producción de nueces, vivió de forma aislada en la zona manteniendo el inglés como principal idioma.

Ervil murió en una prisión de Utah, Estados Unidos, tras haber sido acusado del asesinato de varios de sus rivales dentro de la iglesia. Según ciertas versiones, este hombre incluso mandó a matar a Joel luego de haber creado una nueva iglesia. 

En 2009 y en el contexto de la guerra contra el narcotráfico en México, los miembros de la familia LeBaron se hicieron nacional e internacionalmente conocidos debido al secuestro de uno de sus miembros.

Fue en ese año cuando el apellido LeBaron llegó a los titulares de los medios mexicanos; el secuestro se trataba de uno de los hermanos de Julián, Erick LeBaron, quien en ese entonces tenía 17 años y por quien se exigió un millón de pesos por su liberación. 

La comunidad anunció públicamente su decisión de no pagar el rescate y se manifestó tanto en medios nacionales como internacionales contra la creciente inseguridad de la región durante la llamada “guerra contra las drogas”, que declaró el entonces presidente Felipe Calderón. 

Una semana más tarde Érick fue liberado, sin embargo, meses después Benjamín, el hermano de Érick, y Luis Widmar Stubbs, su cuñado, fueron secuestrados y posteriormente asesinados.

Los responsables colocaron una manta frente a sus casas en la que indicaban que el asesinato era en respuesta al activismo de la familia contra la inseguridad. 

Desde entonces, su familia cuenta con protección federal. Después de esos dos asesinatos, Julián se convirtió en uno de los protagonistas de la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad.

El movimiento está compuesto por unas 600 personas, familiares de desaparecidos y asesinados, ha viajado por varios estados de México para transmitir con urgencia la necesidad de un cambio en la estrategia de seguridad. 

Envueltos en polémicas

Pero no sólo eso, sino que, además, la familia también se ha visto envuelta en polémicas con agricultores locales. 

Los campesinos de algunas comunidades han acusado a los LeBaron de apropiarse de al menos 14 fuentes de agua con las que riegan los nogales de las colonias mormonas.

Los conflictos entre la comunidad de LeBaron y ejidatarios de la región son en su mayoría vinculados a la organización El Barzón. 

Desde el 2012 se inició una batalla legal entre ambos bandos, particularmente impulsada por los barzonistas, quienes presentaron denuncias ante diversas instancias federales por delitos ambientales debido a la perforación y explotación de pozos, pese al decreto presidencial de noviembre de 1955 que imponía una veda en la Cuenca del Carmen, que incluye los acuíferos de Flores Magón-Ahumada y Santa Clara, e integra los municipios de Namiquipa, Riva Palacio, Buenaventura y Ahumada, debido a su abatimiento.

En ese mismo año, los activistas Manuelita Solís e Ismael Solorio también emprendieron una campaña por expulsar a la mina El Cascabel de la empresa canadiense Mag Silver, que culminó con el asesinato de ambos el lunes 22 de octubre 2012.

El pleito volvió a encenderse el 30 de abril de 2018, cuando los barzonistas ingresaron al rancho La Mojina, de Joel LeBaron, para “documentar” y denunciar la perforación ilegal de nueve de los diez pozos que están dentro de dicha propiedad, desatando una trifulca en la que incluso se dispararon armas de fuego. 

A raíz de estos hechos, la comunidad lebaronesa denunció a El Barzón, y en específico a Martín Solís, quien en ese momento trabajaba en la Secretaría de Desarrollo Rural como director de Fomento Agropecuario, por invadir propiedad privada y agredir a las personas, incluso a niños.

En su momento, Julián LeBaron aseguró que era recurrente que Martín Solís y sus compañeros barzonistas acudieran hasta las propiedades de mormones y menonitas para intentar despojarlos con el pretexto de que no tenían permisos para la explotación de pozos o uso de la tierra.

Derivado de estas agresiones, por lo menos 50 personas de estas comunidades presentaron denuncias ante las autoridades en contra del exfuncionario y otros integrantes de la organización. 

Por su parte, el grupo de barzonistas sostuvo que a lo largo de los años la familia LeBaron ha sido la responsable de monopolizar el acceso al agua en Buenaventura para el riego de sus nogaleras. Señalan que debido a esto se secó el pozo de agua potable del Ejido Constitución y abatió los mantos acuíferos para el riego de los cultivos en la región, en perjuicio de 900 familias. 

Es por estas denuncias y las supuestas órdenes de aprehensión que miembros de El Barzón, como Luz Estela “Lucha” Castro, realizaron publicaciones en redes para denunciar que se trata de un uso político de las instituciones y una venganza por parte de los LeBaron.

Posteriormente, cinco integrantes de la comunidad LeBaron fueron detenidos al ser acusados de poseer cinco rifles y un arma de asalto AR-15. 

El hecho conmocionó a la ciudadanía y de nueva cuenta, los LeBaron aparecieron en medios nacionales e internacionales.

La conmemoración realizada ayer se hizo con la intención de hacer memoria histórica sobre los hechos violentos en contra de esta comunidad. 

Un crimen que conmocionó al país

El 4 de noviembre de 2019, miembros del crimen organizado atacaron a tres mujeres y 14 niños pertenecientes a la familia mexicoestadounidense de credo mormón; nueve de ellos murieron

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