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Espectáculos

‘The Daily Show’ celebra 25 años de risas

Fue creador con el fin de ridiculizar el periodismo y advertir a los espectadores sobre cómo asimilan la información

Associated Press

lunes, 19 julio 2021 | 11:29

Associated Press

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Nueva York— Mucho antes de que hubiera noticias falsas, había un programa de noticias falsas.

“The Daily Show” de Comedy Central debutó hace 25 años con el fin de ridiculizar el periodismo y advertir a los espectadores sobre cómo asimilan la información.

“Nos convertimos en los perros guardianes del perro guardián”, dijo la cocreadora Lizz Winstead. “Nadie lo había hecho antes, así que el mundo era nuestro”.

A lo largo de los años, “The Daily Show” -- primero presentado por Craig Kilborn, luego por Jon Stewart y ahora por Trevor Noah -- ha criticado a la izquierda y a la derecha al hacer de la prensa un personaje y actuar con absoluta seriedad, sin importar cuán ridículo sea lo que dicen.

La cocreadora Madeleine Smithberg explica el momento en que descubrieron la fórmula mágica: “¿Qué pasa si simulamos ser ellos, y cuanto más serios actuemos, más ridículos podemos ser? Podemos satirizar a la industria de las noticias junto con las noticias”.

Winstead y Smithberg celebran el aniversario de plata el lunes con un especial de 90 minutos que incluye invitados especiales, una sesión de preguntas y respuestas y apariciones de los primeros corresponsales: A. Whitney Brown, Beth Littleford y Brian Unger. Las ganancias se destinarán al Abortion Access Front.

Mientras Winstead se retiró como guionista principal antes de que Stewart asumiera el cargo de conductor en 1999, Smithberg permaneció en el programa más de siete años, contratando talentos clave como Stephen Colbert, Steve Carell, Ed Helms, Rob Corddry, Mo Rocca y Lewis Black.

Juntos crearon un programa que llegaría a ganar docenas de premios Emmy, dos Peabody y honores del Sindicato de Guionistas, NAACP y GLAAD. Establecieron un formato que resultó lo suficientemente sólido como para perdurar y soportar los cambios de anfitriones.

“(Los conductores) sólo tienen que mudarse a la casa y no preocuparse por la plomería y el techo. Podrían comenzar a decorar y luego agregar más y simplemente hacer las fiestas que querían”, dijo Winstead.

El programa fue un salto evolutivo respecto a los intentos previos de ridiculizar las noticias en “That Was the Week That Was”, “Weekend Update” en “Saturday Night Live” y “Not Necessarily the News” de HBO. Pero a pesar de su popularidad y resistencia, ninguna de las creadoras ve muchos cambios en la forma en que operan las noticias televisivas.

“No podríamos haberles dado a los medios un espejo más grande con el que mirarse y decir: ‘Creo que tenemos que autocorregirnos’”, dijo Winstead. “Y en cambio, muchas noticias por cable decían, ‘Oh, lo que la gente quiere en las noticias son gráficos extravagantes’”.

Winstead siempre fue una comediante que usaba el humor social y político, pero la forma en que CNN cubrió la primera Guerra del Golfo la llevó a “The Daily Show”.

En la primera noche del conflicto, mientras Winstead estaba en un bar en una desafortunada cita a ciegas, el canal de cable tocó música marcial, mostró montones de gráficos vistosos y pareció disfrutar del conflicto.

“Hubo un propósito en hacer que esta cobertura pareciera casi como un videojuego o una serie de televisión”, recordó. “Pensé, ‘¿están tratando de informar sobre una guerra o de venderme una guerra?’”.

Más tarde se mudó al mismo edificio de apartamentos en Nueva York en el que vivía Smithberg, quien había trabajado en el programa nocturno de David Letterman y estaba produciendo un programa de MTV con Stewart. Smithberg le preguntó a Winstead si produciría un segmento y ella aceptó. Cuando ese programa fue cancelado, crearon juntas “The Daily Show”.

Dos cosas que facilitaron su trabajo, dijeron. En primer lugar, Comedy Central les dio un año entero para resolver errores, lo que significó menos presión en cuanto a ratings y una garantía laboral que podría atraer talento.

En segundo lugar, estaba la presencia de Unger, un exveterano de CBS que se había desilusionado del periodismo televisivo. Unger le enseñó al personal los trucos del oficio: el ceño fruncido, la cara seria que escucha, el asentir, el fruncir los labios, los giros de cámara.

El título provisional del programa nunca tuvo la intención de ser definitivo, pero se quedó por defecto. Las opciones incluyeron “The Daily Scope”, “The Daily Roundup” e incluso “The Daily Poop”, pero ninguno se sentía adecuado.

“Nunca se nos ocurrió un título mejor. Básicamente, siempre se llamó ‘The Daily Show’ porque era una descripción de lo que estábamos haciendo”, dijo Smithberg.

El panorama televisivo cuando “The Daily Show” hizo su debut el 22 de julio de 1996 estaba evolucionando. CNN estaba bien establecida, MSNBC acababa de comenzar como una cadena de 24 horas y Fox la seguiría. Sin mucho para ocupar todas esas horas, muchos se volcaron hacia temas lascivos y se convirtieron en presa fácil para la sátira.

El legado a largo plazo del programa como incubadora de talentos es admirable. Se volvió una plataforma de lanzamiento para figuras como Aasif Mandvi, Jon Oliver, Larry Wilmore, Jordan Klepper y Samantha Bee.

Los críticos a veces se han quejado de que “The Daily Show” ha engendrado cinismo, una acusación que las creadoras rechazan. El programa no tenía la intención de ser un verificador de hechos o un narrador de la verdad; se transformó en uno, argumentan, porque los medios televisivos se desviaron.

“La gente debería haber canalizado su ira en los medios de comunicación, cuyo trabajo es todos los días en los periódicos y en sus canales de noticias de 24 horas para darnos un electorado más inteligente”, dijo Winstead.

Smithberg señaló un momento en particular en el que el programa pareció dar un giro: las elecciones estadounidenses de 2000. Cuando Florida se tornó indecisa, desencadenó un recuento de una semana que “The Daily Show” detalló cuidadosamente en todo su absurdo.

“Fue durante ese periodo que surgió ‘The Daily Show’ como lo conocen y aman”, dijo. “Fue entonces cuando los medios legítimos realmente se enamoraron de nosotros porque fuimos los únicos que pudimos demostrar lo poco normal que era esta situación”.

En última instancia, llevó a los periodistas falsos de “The Daily Show” a ser entrevistados y presentados por periodistas reales: “Ese fue un momento surrealista porque el programa que acribillaba a los medios de comunicación era de repente el favorito de la prensa”, dijo Smithberg.

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