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¿El reto de 'Luis Miguel: la Serie'? Mostrar su evolución

Ya no es un niño. Ni una víctima de las tropelías y desmanes de su padre, Luisito Rey

Agencias

lunes, 19 abril 2021 | 06:36

Cortesía

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Ciudad de México— Ya no es un niño. Ni una víctima de las tropelías y desmanes de su padre, Luisito Rey.

Tiene entre 20 años y 35. Bebe cantidades ingentes de Jack Daniel's en las rocas, una hija de la que se ha desentendido casi toda su infancia, una familia rota por la sombra negra del asesinato de su madre, unos hermanos huérfanos que pagan el precio de su estrellato, informó El País.

Y lo que se veía: un mito que crece imparable en esos años, un símbolo inmortal para millones de fans en el continente americano.

Luis Miguel se convierte en esta época en un referente aspiracional como pocos, cuyo personaje trasciende a su música.

Netflix aborda en esta segunda entrega de la serie sobre la vida del cantante mexicano el reto de mostrar la cara más dura y turbia del rey de la música latina. El regreso del Luis Miguel mortal.

La plataforma estrenó la noche de este domingo los primeros dos episodios de una de las series más exitosas en español.

La promesa sobre contar la vida íntima de uno de los personajes más herméticos del mundo de la música ya fue en 2018 lo suficientemente atractiva como para que millones de espectadores en todo el mundo estuvieran pegados a las pantallas cada domingo durante meses. Compitiendo con un Mundial de futbol y unas elecciones presidenciales en México. En las sobremesas se hablaba de Luis Miguel.

La carnaza mediática de la que había vivido el papel couché latinoamericano durante décadas se servía ahora en bandeja de plata.

Una serie con producción estadounidense, supervisada por el propio Luis Miguel, dispuesto a contar por primera vez su historia íntima. Y después de una primera temporada marcada por el villano favorito de México, Luis Rey (su padre), interpretado por el actor español Óscar Jaenada, llega la etapa de la carrera del también llamado "El Sol de México" de la que mucho se había especulado, pero poco o casi nada había confirmado.

Luis Miguel te lo cuenta y te lo lleva a tu casa.

El líder del equipo de guionistas, el escritor Daniel Krauze, reconoce que el punto más importante para todo el equipo de producción y actores -especialmente el que hace de Luis Miguel, Diego Boneta- era ser lo más fiel posible a la realidad del artista.

"Nos tomamos en serio que estamos haciendo una serie sobre la vida de alguien vivo y tenemos que hacer un retrato justo. Sabemos que genera mucho morbo porque ha sido muy hermético, porque la gente no sabe nada de estos puntos de su vida o los sabe a medias. Por eso nos tardamos tanto, no queríamos hacer algo sensacionalista", explica Krauze.

¿Cómo saber en qué momento lo que sale en la pantalla fue tal cual en su vida?

Es la pregunta que muchos espectadores se hacen en cada capítulo. La intención de ver Luis Miguel: la serie va mucho más allá del entretenimiento de la ficción.

"Hay algo que no podemos perder de vista. Luis Miguel es Luis Miguel. No va a venir a mi casa a tomarse un café y contarme su vida. Eso no quiere decir que no haya un canal con él.

"Hay muchos filtros de mucha gente del equipo que lo ha conocido, especialmente Miguel Alemán Magnani (nieto del ex Presidente de México), muy cercano a la producción que nos ha aportado datos, momentos importantes que había que mencionar, más allá de la dramatización de la historia", explica el guionista.

Y advierte: "Los momentos medulares de la serie están basados en hechos reales".

Para Krauze lo más revelador de esta segunda temporada es la forma en la que Luis Miguel tuvo que hacer malabares en aquella época para convivir con la etapa dorada de su carrera y uno de los peores episodios de su vida familiar.

La desaparición de su madre y la muerte de su padre, la desesperación por saber qué fue de ella, quién la mató y dónde está su cuerpo chocan de frente con el Luis Miguel de fiestas sin control en Acapulco, en yates con decenas de modelos y más de 90 millones de dólares recaudados en una gira por Latinoamérica.

"Lo más interesante de esta temporada es cómo balanceó todo eso, ser una superestrella y tratar de mantener intacto el núcleo familiar. La evolución de él como ser humano. Y vemos a dos personajes casi distintos, el de los 90 y el de 35 años", añade.

El guionista insiste en que tanto desde la dirección, la producción y los actores que participan en la serie hay un estudio integral de su vida.

Diego Boneta se ha mimetizado tanto con el personaje desde la primera temporada, que cuesta imaginárselo interpretando a alguien más.

Y Krauze reconoce que todos conocen tanto su vida que algunas escenas, gestos o comentarios del protagonista se arman "casi instintivamente".

"Yo ya sentía que lo conocía. Llegué a entender las motivaciones, lo que haría y lo que no haría. Así como el resto del equipo.

"Siento una mayor empatía con él. Antes de hacer la serie, me gustaba mucho su música, pero había cosas con tanto hermetismo que te hacían dudar. Pero cuando entiendes más de su vida, después de investigarla y escribirla dramatizada, entiendes las motivaciones de por qué se volvió así, hosco. De 50 entrevistas que le hacen en esa época no hay ni una sola pregunta musical, o quizá una, todas son de chismes, de sus amantes, de su vida personal", resalta Krauze.

Ahora, por segunda vez, Luis Miguel cuenta ante los espectadores las historias sobre las que se han especulado durante décadas, se han vendido biografías no autorizadas, millones de revistas y minutos en programas de televisión.

¿Qué pasó con su madre?, sus grandes amores, sus adicciones, sus miedos y sus errores familiares son los grandes temas que tratará de nuevo la nueva entrega.

"Cuanto más brilla El Sol, más oscuras son sus sombras", promete Netflix.

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