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Espectáculos

Ácida y punzante

El director Luis Estrada platica con El Diario sobre el proceso de creación y producción de la cinta ¡Que viva México!; ya se encuentra en cines

Brisa Frías / El Diario

viernes, 24 marzo 2023 | 11:59

| Damián Alcázar, Luis Estrada, Poncho Herrera y Joaquín Cosío

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La sátira lleva en su ADN el gen de la provocación. En su naturaleza va implícita la crítica aguda, la exhibición de los vicios y hasta la burla. Como buen domador del género, Luis Estrada vuelve a tomar ese camino y con esos tintes fársicos presenta ‘¡Que viva México!’, quinta película de su aclamada pentalogía –más no así de su carrera- que estrena hoy en 3 mil 200 salas del país.

Previo al arribo de la cinta a los cines, el director, productor y guionista mexicano platicó a El Diario el sentido de su nueva obra y cómo a través de ella pretende retratar al México actual.

El proyecto emprendido hace cinco años es el más ambicioso que ha hecho, afirma, no sólo por el costo o el reparto (sus actores fetiche Damián Alcázar y Joaquín Cosío, además de Alfonso Herrera, Ana Martín y Angelina Peláez, entre otros), sino sobre todo por su temática.

“Cuando empecé a escribir la historia con Jaime Sampietro le dije que viéramos el resto, que diéramos con aquellas inquietudes que nos habían quedado alrededor de este país que hemos tratado de contar y retratar en diferentes momentos políticos, que hiciéramos una reflexión más amplia acerca de la mexicanidad, de lo que define nuestra idiosincrasia”, expresó el realizador.

El esmerado ejercicio los llevó a sumergirse por una cantidad de expresiones artísticas, pues buscaron a México en la música, en el cine, en la literatura y hasta en las artes plásticas. Como resultado, la película resultó ser gigantesca en todos los sentidos. Tan sólo el guion tiene 200 páginas.

México polarizado e intolerante

El argumento de ‘¡Que viva México!’ va así: Pancho Reyes, un aspiracionista clasemediero que hace año abandonó su pueblo y se olvidó de su empobrecida familia, regresa a La Prosperidad al enterarse que, tras la muerte de su abuelo minero, él es uno de los posibles herederos. A partir de ese momento, cualquier cosa podría detonar la envidia y el rencor que los suyos le han guardado por tanto tiempo.

Los Reyes, en esta cinta, son el vehículo por el cual Estrada reflexiona sobre la polarización y la intolerancia que predominan actualmente en México, y esboza sus posibles resultados.

“Así como ‘La ley de Herodes’ estaba muy identificada con un periodo de la historia que era el largo reinado del priato, ‘Un mundo maravilloso’ con el foxismo, ‘El infierno’ con el calderonato y la locura en la que nos metió con esa guerra sin sentido, ‘La dictadura perfecta’ con el regreso del PRI y la manipulación de los poderes facticos, ahora quisimos hablar de cosas muy personales porque la familia Reyes es un espejo cruel y desalmado sobre nosotros los mexicanos y nos retrata de manera inclemente como la sátira lo exige, pero también hay referencia al actual momento político y al tema apremiante que es la polarización y la intolerancia que pueden tener consecuencias muy graves”.

El director admite que fue ingenuo al creer que el país había tocado fondo por aquellos días en que filmó ‘La ley de Herodes’, lo que lo llevó a producir esta película en la que declara que ninguno de los problemas de entonces se han resuelto.

“Seguimos teniendo corrupción, desigualdad social, violencia enloquecida, y resulta que había una gran expectativa de que las cosas iban a cambiar con la llegada de la autonombrada Cuarta Transformación, expectativas de las que yo fui parte, y debo decir con pesar que me equivoqué, y que hay problemas que se suman, que son la intolerancia y la polarización de una sociedad donde pareciera que todo mundo debe definir su trinchera y pelearse los unos con los otros”.

En contraparte, el set mismo fue un experimento donde se puso a prueba la tolerancia del equipo, pues de las 350 personas que ahí se concentraban, ninguna tenía idéntica posición política.

“Por supuesto, en las antípodas de estas opiniones estaba Damián como representante de alguien muy cercano a Andrés Manuel López Obrador, y también estaba Joaquín Cosío que ha sido muy crítico. Cada uno de nosotros tenemos posiciones diferentes, pero lo que logramos fue precisamente un ejercicio de tolerancia, de entendimiento, de respeto para poder convivir de manera pacífica, y no evadíamos el tema, pero lo hacíamos tratando de entendernos. Eso es quizá lo que me tenga más orgulloso de la película”.

El norte no le quita el sueño

Alfonso Herrera, protagonista de ‘¡Que viva México!’, habló sobre la fascinación que le causa trabajar en su país y ser dirigido por Luis Estrada.

“Lo que trato de hacer es encontrar historias y personajes que me reten, que me parezcan interesantes. Pancho Reyes es el personaje más complejo y el que más me ha retado”, comenta el actor mexicano.

“Estar en un set de Luis es un disfrute total, pero también es una responsabilidad muy grande. Como espectador yo siempre esperaba sus películas porque tiene una visión muy ácida que a mí me divierte mucho y al mismo tiempo es lapidario porque son espejos gigantes donde nos confrontamos”.

Quien ya había colaborado con Luis Estrada en ‘La dictadura perfecta’ ha logrado proyectar su carrera a nivel internacional, pues ha actuado en importantes series extranjeras como ‘Ozark’ y ‘Sense8’.

“A mí el norte no me quita el sueño, a mí lo que me interesa es trabajar, encontrar personajes que me reten, y en las películas de Luis están los que más me han retado, por eso me genera mucha satisfacción hablar de algo que es cercano a mí, que son las historias que me representan y no solamente a mí, sino a mis raíces, a mi cultura, a mi familia, por eso me interesa regresar y contar cosas que son importantes para mí”, concluye el histrión.

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