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El Paso

Violencia sexual y familiar, al alza

Persiste en El Paso tendencia que inició con la pandemia, pese a que muchas presiones han cedido

Victoria Rossi/El Paso Matters

miércoles, 27 octubre 2021 | 11:04

Tomada de internet

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Al inicio de la pandemia, las autoridades y líneas telefónicas de emergencia que atienden la violencia doméstica en el mundo observaron un incremento en la violencia familiar. En este año, los incidentes de violencia doméstica y sexual han seguido aumentando en El Paso, superando las cifras altas del 2020.

Un fuerte estrés, el incremento en el aislamiento, la pérdida de cuidados infantiles y la incertidumbre financiera debido a la pandemia generaron una tormenta perfecta de condiciones vinculadas al incremento en el riesgo de la violencia familiar. Y debido a la orden de quedarse en casa, muchas personas se quedaron atrapadas en casa con sus abusadores.

Durante el primer mes de la orden de quedarse en casa en Texas, las agencias estatales que aplican la ley experimentaron un aumento del 16 por ciento de reportes de violencia doméstica, de acuerdo al Consejo de Violencia Familiar de Texas (TCFV).

En El Paso, las llamadas al teléfono de emergencia que funciona las 24 horas del Centro contra Violencia Sexual y Familiar (CASFV), aumentaron en un 34 por ciento. Más de un año después, algunas presiones de la pandemia han disminuido. Aunque la violencia familiar y sexual en El Paso ha seguido aumentando.

Entre enero y agosto del 2021, hubo aproximadamente 2 mil 600 incidentes de violencia familiar reportadas al Departamento de Policía de El Paso: un 5 por ciento de incremento respecto al mismo período del 2020.

Los 400 reportes de agresión sexual en la ciudad también aumentaron en casi el 3 por ciento comparado con los primeros ochos meses del 2020, de acuerdo a la información que recibió el Departamento de Policía de El Paso del CASFV.

“El estrés proveniente sólo del Covid no causa violencia familiar”, comentó Gloria Aguilera Terry, directora ejecutiva del Consejo de Violencia Familiar de Texas. “Pero cuando ese estrés es agregado a una relación no saludable, actúa como acelerador”.

Un año letal

En Texas, la violencia doméstica también se ha convertido en más letal. Debido a que los homicidios se han incrementado en la mayor parte del país, el 2020 registró 228 texanas asesinadas en incidentes de violencia doméstica: un incremento del 23 por ciento respecto al 2019 y el número más alto en una década, de acuerdo al reporte anual del Consejo de Violencia Familiar de Texas sobre fatalidades de violencia familiar, que analiza la información de las autoridades que genera el Departamento de Seguridad Pública de Texas.

Seis de esas muertes ocurrieron en el Condado de El Paso. Y a pesar de que el 2021 aún no termina, las muertes relacionadas con la violencia en El Paso ya superaron las del 2020. Hasta agosto del 2021, ocho paseñas fueron asesinadas en un incidente de violencia familiar, de acuerdo a la información del Departamento de Policía del CASFV.

Aunque las mujeres hispanas experimentaron la cifra más alta de fatalidades en todo el estado, las mujeres afroamericanas estuvieron representadas desproporcionadamente en ese total, de acuerdo al reporte. Aunque significan sólo el 13 por ciento de la población de Texas, representan el 23 por ciento de las víctimas de feminicidio.

El reporte hizo notar que el 2020 no sólo rompió récords de incidentes de violencia doméstica, sino que también es un año récord en venta de armas. En el 2020, 120 mujeres fueron asesinadas con armas en incidentes de violencia doméstica, comparado con 94 en el 2019.

Impacto del Covid en albergues

De acuerdo al reporte del TCFV, el momento más peligroso para alguien que está en una relación de abuso es cuando tratan de salir. No sólo corren un riesgo más alto de sufrir una violencia letal a manos de su pareja, sino que también han perdido la estabilidad financiera o se han quedado sin dónde vivir.

Durante la pandemia, las mujeres –que representan una gran mayoría de sobrevivientes de violencia doméstica– experimentaron una mayor pérdida del empleo que los hombres.

Para empeorar las cosas, los albergues a los que acuden las mujeres cuando necesitan escapar han sufrido grandes pérdidas de financiamiento y personal durante el transcurso de la pandemia, limitando su capacidad para responder a una escalada de la crisis.

Esa reducida capacidad puede tener consecuencias que alteran la vida: el reporte del TCFV encontró que más del 40 por ciento de las víctimas adultas de violencia doméstica habían sido rechazadas anteriormente debido a la falta de espacio.

En El Paso, el Centro de Vida Transicional de YWCA (TLC), que alberga a mujeres y niños que no tienen dónde vivir, dejó de percibir 300 mil dólares de financiamiento durante el transcurso de la pandemia: un resultado conjunto de reducción en el financiamiento y eventos de recaudación de fondos que fueron cancelados debido a preocupación por la seguridad ante el Covid.

El TLC sigue proporcionando los servicios básicos y ahora está operando a toda su capacidad. Aunque ahora es menos capaz de ofrecer amenidades como clases de instrucción financiera que pueden ayudar a las mujeres a construir una independencia económica y emocional, comentó Kayla Suárez, portavoz del YWCA. La mayoría de las familias que vienen a TLC están huyendo de la violencia doméstica, dijo.

De acuerdo a TCFV, nueve de cada 10 sobrevivientes en Texas que han acudido a albergues para violencia familiar no tienen dónde vivir como resultado directo de huir de una relación de abuso. Casi la mitad de las sobrevivientes no tienen dónde vivir y no está relacionado con su escape.

Ese fue el caso de la paseña Priscella Guardado, de 26 años, quien experimentó períodos intermitentes en donde no tenía en dónde vivir desde el 2017, cuando salió de Los Angeles con sus dos hijos para escapar de su abusiva pareja. Después que el apartamento en donde vivía le entregó una notificación para que lo desalojara en 24 horas a finales de junio del 2021, ella y sus hijos se mudaron a TLC.

El viernes, la semana anual del Camine una Milla en sus Zapatos que organiza YWCA, como parte del Mes de Concientización de la Violencia que se efectúa en el mes de octubre, terminará con una recaudación de fondos al aire libre denominada “Pinten de Rojo la Ciudad”, que espera obtener los 300 mil dólares que dejó de percibir.

El Centro contra la Violencia Sexual y Familiar, está operando con personal reducido debido a que el mercado laboral cada vez está más cerrado. Dos empleadas abandonaron el CASFV para recibir salarios más altos ofrecidos por contratistas del Gobierno federal y ahora viajan con niños migrantes no acompañados a los albergues de otras partes del país.

Una gran crisis

“Esto no es un problema entre dos personas. Es un problema de seguridad pública y es un peligro para cualquier persona del público”, comentó Aguilera Terry acerca de la violencia doméstica.

Para ilustrarlo hizo notar que 31 de 228 texanas asesinadas en incidentes de violencia doméstica el año pasado no eran objetivos directos de la violencia. Eran amigas, familiares o espectadoras. Por lo menos ocho oficiales que aplican la ley fueron asesinados en el 2020 al atender llamadas de violencia doméstica, agregó.

“Al mismo tiempo, tengo que decirles que si no hacemos algo más para prevenir esto, y dejamos la respuesta sólo al sistema de justicia penal, vamos a tener que esperar mucho tiempo”.

Durante el Mes de Concientización de la Violencia Doméstica, los que trabajan contra la violencia doméstica quieren que los paseños amplíen su punto de vista sobre quién podría resultar afectado por la violencia doméstica y las diferentes formas que puede tomar la violencia.

“Esas personas podrían ser sus amigas o compañeras de trabajo”, comentó Elizabeth O’Hara, organizadora de “Pinten la Ciudad de Rojo”, quien también es encargada de relaciones comunitarias regionales para el Servicio de Gas de Texas. “Eso podría sucederle a alguien con quien usted está relacionado”.

Las mujeres de color son afectadas de manera desproporcionada por la violencia doméstica. Miembros de la comunidad LGBTQ+ también pueden experimentar índices más altos de violencia que las mujeres y hombres que tienen una relación heterosexual, de acuerdo al reporte de TCFV. La gente que se identifica como transgénero tiene una doble probabilidad de experimentar una relación de abuso.

“La gente tiene una visión inamovible sobre qué es la violencia doméstica o a quién le puede pasar”, dijo Suárez. “En la mente de las personas, la violencia doméstica es brutal y termina en un hospital con un ojo morado, ensangrentada; y eso por supuesto, en ocasiones también es algo sutil”.

El abuso que experimentó Guardado fue sangriento y sutil –sangriento como resultado de la violencia física que sufrió, que ella espera que sus pequeños hijos no recuerden. Sutil porque también tomó la forma de negligencia infantil– como cuando su pareja se resistía a vacunar a sus hijos o a atender las caries de su hijo mayor.

Ambas formas de abuso la obligaron a huir. Cinco años después, no piensa frecuentemente en esa época de su vida. Pero eso no significa que lo haya dejado en el pasado.

“No sé cómo olvidarme de algo como eso. Espero que la gente entienda que me hizo daño”, dijo.

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